Una bola de fuego se desintegra en el cielo tras surcar la costa vizcaína

El meteoro, más grande que un balón de fútbol antes de entrar a la atmósfera, cayó a 17 kilómetros por segundo y dio más luz que la Luna

josé domínguez.

Jueves, 16 de septiembre 2021, 11:16

Se desintegró a unos 100 kilómetros de la costa vizcaína, pero el último chispazo de esta bola de fuego, que llegó a superar a la luz que genera la luna, se observó con toda claridad desde Bilbao el pasado lunes de madrugada. Lo provocó una ... roca, probablemente resto de la cola de un cometa, que antes de entrar en la atmósfera tendría un tamaño superior al de un balón de fútbol. Según Josep María Trigo, investigador del Grupo de Meteoritos y Ciencias Planetarias del Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC) y del Institut d'Estudis Espacials de Catalunya, la fricción hizo que este 'bólido' redujera rápidamente su tamaño, «probablemente diez veces al menos», antes de alcanzar su mayor grado de incandescencia, estallar y desaparecer a unos 36 kilómetros de altura. «Por la distancia al suelo, lo más seguro es que no quedaran restos o meteoritos, aunque de llegar alguno a la superficie, lo hizo en alta mar», puntualiza.

Publicidad

Quien captó mejor el momento de su explosión, a las 2.54 horas exactamente, fue la cámara 'ojo de pez' que recoge todo lo que ocurre 360 grados alrededor del observatorio que tiene el Aula EspaZio de la Escuela de Ingenieros de la capital vizcaína. Su director y catedrático en física aplicada, Agustín Sánchez-Lavega, describe su trayectoria. Según sus cálculos, se desvió de su órbita cercana al Sol atravesando las de Mercurio y Venus antes de entrar en la atmósfera de la Tierra. Y lo hizo a la altura de la localidad francesa de la Rochelle, «en dirección hacia Santander». Este experto explica que estos objetos celestes realizan recorridos tan amplios «porque entran inclinados en la parte alta de la atmósfera, a unos 100 kilómetros de altura de la superficie».

Se vio desde Barcelona

La mayoría no superan el primer escudo de la corteza terrestre y se pulverizan quedando reducidos a polvo. Pero, cuando tienen cierto tamaño como este caso, la fricción hace que cada vez cojan mayor velocidad, «que transforman en calor y luz a medida que van descomponiéndose». «En este caso la cola de fuego que generan a su alrededor es proporcionalmente mucho mayor a su tamaño, forman una estela que, como en este caso, se puede observar desde cientos de kilómetros de distancia», subraya Trigo, que también detectó el fenómeno desde el observatorio de Barcelona que, como el de la Aula espaZio de la Escuela de Ingenieros, forma parte de la red internacional de detección de bólidos y meteoroides FRIPON, que tiene estaciones repartidas «por toda Europa».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad