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Después de cancelarse los dos últimos años por las restricciones de la crisis sanitaria, la Diputación recuperó este martes la tradicional recepción del día de San Ignacio, uno de los actos marcados en rojo en el calendario foral y que cada verano permite tomar la temperatura a la actualidad política, económica y social del territorio histórico. Y, a tenor de lo visto en el interior del Palacio foral, la pandemia es algo ya del pasado -las mascarillas podían contarse con los dedos de una mano-, la incertidumbre por el actual contexto geopolítico internacional inquieta y las elecciones municipales y forales del próximo mayo condicionan ya la vida de Bizkaia.
Medio millar de invitados, encabezados por el lehendakari, Iñigo Urkullu, acudieron a la convocatoria. Se juntaron desde consejeros del Gobierno vasco a deportistas de élite, pasando por directivos de multinacionales y cineastas. Un amplio abanico de personalidades vizcaínas ante las que el diputado general aprovechó para anunciar durante su discurso la puesta en marcha o consolidación de varios proyectos de calado que a buen seguro determinarán la agenda foral en los próximos meses, con la vista puesta en la precampaña de los comicios de 2023. Actuaciones «reales y transformadoras», que implicarán importantes desembolsos y demuestran, según Unai Rementeria, que «la situación económica de Bizkaia es buena» y que «seguimos siendo un territorio serio, estable y solvente».
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El más impactante, sobre todo porque no había asomado en el 'radar' foral estos últimos años, es la recuperación en la recta final de la legislatura del viejo proyecto de construir un túnel en el monte Sollube para habilitar una conexión «rápida y cómoda» entre el Gran Bilbao y la comarca de Urdaibai.
Es cierto que Rementeria ya adelantó el año pasado que se iban a destinar 35 millones de euros para trabajos de mejora en la carretera BI-631, que conecta la zona de Mungia con Bermeo. Pero el diputado general aclaró que reservará otros 30 millones (hasta un total de 65) para ser más ambiciosos y apostar por una galería subterránea como solución definitiva para este punto de la red de carreteras. Los detalles de la obra quedarán para más adelante, tal vez para el debate de política general, que cada septiembre abre el curso.
Si esta infraestructura se concreta finalmente, la población de Bermeo, Mundaka y hasta Gernika verá atendida su histórica demanda de disponer de una «buena vía de comunicación» de entrada y salida de la comarca, más allá del alto de Autzagane. Su impulso puede además neutralizar ciertas voces críticas surgidas en la zona que podrían complicar al Gobierno vizcaíno la precampaña electoral.
Este anuncio cobra mayor importancia por su relación con otro de los proyectos de los que habló Rementeria: el Guggenheim de Urdaibai. El túnel facilitaría los viajes de los miles de visitantes que la institución foral espera atraer hacia la comarca gracias al tirón de la nueva pinacoteca. Sobre esta iniciativa cultural, el diputado general dio cuenta de una inversión a corto plazo de 40 millones de euros para impulsar su desarrollo y acometer las primeras obras.
Y desveló que el Gobierno central también «se comprometerá» con el museo «a través de los fondos europeos». Al parecer, la idea es que el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico canalice la petición foral de acceder a la financiación de Bruselas. Este apoyo se reflejará en un «protocolo que se firmará con Teresa Ribera», vicepresidenta tercera del Gabinete de Pedro Sánchez.
Otro de los proyectos sobre los que Rementeria aportó novedades en su discurso es el de la Línea 5 del metro, la que en un futuro debe conectar Galdakao y el hospital de Usansolo. El Consejo de Gobierno foral celebrado inmediatamente antes de la recepción oficial de San Ignacio aprobó el convenio de financiación para ejecutar los trabajos. Compromete a la Diputación y al Gobierno vasco a sufragar a medias la intervención. Básicamente, el acuerdo establece que la Línea 5 costará 360 millones de euros; es decir, cada administración desembolsará 180. El Ejecutivo de Iñigo Urkullu prevé rubricar el convenio en septiembre u octubre para sacar a licitación el proyecto constructivo antes de que concluya el presente ejercicio.
El impulso a todos estos proyectos, así como al de la variante de Markina, será posible gracias a los remanentes que la Diputación tiene de deuda solicitada para luchar contra el covid y que finalmente no se emplearon. Suman casi 400 millones, que también permitirán acometer el cubrimiento de La Avanzada a su paso por Leioa o acelerar la reconversión de las residencias de mayores en unidades convivenciales.
La institución vizcaína ha optado por tirar de esa 'hucha' como vía para reforzar «la actividad económica y el empleo» en un «tiempo difícil que nos obliga a navegar con temporal». «¿Quién imaginaba el zarpazo de una pandemia? ¿Quién podía imaginar una cruenta guerra aquí al lado? ¿Quién podía pensar que toda una Alemania esté preocupada por el frío que pueden pasar sus hombres y mujeres este invierno? Son ejemplos que retratan este incierto momento, que ratifican que las crisis y los problemas forman parte del día a día», explicó Rementeria.
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