Bizkaia es el territorio español con más segregaciones durante los últimos 25 años

Si se suma Usansolo y se analiza el periodo democrático en su conjunto serían 17 los municipios vizcaínos que han echado a andar. Las razones que explican esta proliferación son principalmente dos: la reorganización administrativa, recuperando la autonomía de varios consistorios tras las anexiones forzosas dictadas durante el franquismo, y la respuesta a las reclamaciones de movimientos vecinales que anhelaban segregarse por motivos sentimentales y socioeconómicos.

Lo que no ha habido en este tiempo son fusiones de consistorios por mucho que la Diputación, en un breve periodo entre 2012 y 2015, y el Gobierno central, a partir de 2013 con la ley que sigue en vigor, las hayan intentado promover en pos de la racionalización de servicios y la contención del gasto municipal. Especialmente, en periodos de crisis económica.

Tras volver a ser constituidas en las elecciones de 1979, las Juntas Generales recuperaron la gestión municipal como una de las competencias principales del régimen foral. Inmediatamente se pusieron en marcha los expedientes de Erandio, Sondika, Derio, Loiu y Zamudio, que se segregaron de Bilbao en 1982. No llegó a tiempo de poder participar en las elecciones municipales de 1983, pero a finales de ese año recuperó su autonomía Berriatua tras permanecer anexionada a Ondarroa casi una década.

Tuvieron que esperar hasta 1987 Forua, Kortezubi, Nabarniz y Murueta, que volvieron a constituirse en municipios independientes tras su anexión a Gernika. Al poco lo intentó Ibarruri, pero su segregación de Muxika no prosperó. Sí que lo hizo en 1989 la de Iurreta tras 63 años anexionada a Durango.

En los años 80 una plataforma vecinal también intentó impulsar la segregación de Zollo, que quedó anexionado a Arrankudiaga en 1968. El BOE que notificó aquel acuerdo señala que se trató de un proceso «voluntario», un eufemismo habitual durante la dictadura ya que nunca se realizaron consultas vecinales para justificar estas decisiones, que tenían por objetivo elevar el control de ciertos enclaves. Zollo no culminó la separación, pero hace apenas un año el ayuntamiento dio por saldada la «deuda histórica» al renombrar el municipio como Arrankudiaga-Zollo.

El inicio de la siguiente década culminó la reorganización postdictadura. En 1990 Alonsotegi dejó de ser un barrio de Barakaldo y Ajangiz, de Gernika. De la villa foral se independizó también, en 1993, Arratzu.

El 'divorcio' más tenso fue el de Zierbena. Su primer intento por constituirse en municipio independiente fue impugnado por el ayuntamiento matriz, Abanto. Nunca antes una segregación registrada en Bizkaia había sido dirimida en los tribunales. Después fue el turno de Ziortza-Bolibar, el último caso que se había dado hasta la fecha y el que guarda mayores similitudes con Usansolo. Los bolibartarras consiguieron separar su camino del de Markina alegando que la distancia física entre ambos enclaves era considerable y que se sentían «desatendidos». Se celebró una consulta popular que derivó en la creación del ayuntamiento 112 del territorio en noviembre de 2004.