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La catástrofe demográfica ya se ha abordado de todas las maneras posibles, pero lo esencial es lo siguiente: nunca habían nacido tan pocos niños en ... Bizkaia (6.957 el año pasado, cuando hace no muchas décadas superaban los 20.000) y nunca habíamos vivido tanto tiempo (83,8 años es la esperanza de vida ahora, según el Instituto Nacional de Estadística, INE). Es tal la preocupación y tan recurrente el debate, tanto en Euskadi como en toda España, que no hay gobierno que no incluya en su estructura un organismo relevante vinculado con el reto demográfico. Hasta hay un ministerio. Pues, con todo y con eso, en los próximos quince años la solución al problema no va a llegar desde el flanco institucional, sino por la gente que venga de fuera. Van a ser los extranjeros los que nos libren del desastre. O, al menos, lo suavicen.
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Eso es lo que pronostica el INE en sus proyecciones de población hasta 2037. En el País Vasco, como en el conjunto de España, cae la población autóctona y aumenta la foránea. Pero en Bizkaia la dinámica es especialmente llamativa. De continuar con las tendencias actuales (no hay bolas de cristal, y menos ahora), el territorio lograría mantener la población en 1,13 millones de personas, con una pírrica subida inferior al 0,5% (menos de 5.000). Eso sí, la población autóctona, nacida en España, va a desplomarse un 8% (de los 1,03 millones actuales, a los 943.365 previstos en 2037). Mientras, la gente nacida en el extranjero casi se duplicará, al aumentar un 87,6%, pasando de los 104.303 de ahora a 195.111.
No es que esto se viese venir, es que no había ninguna posibilidad de que ocurriese otra cosa. Con las tasas de natalidad ridículas de la última década, se ha encogido de tal manera la base de la pirámide poblacional que va a costar décadas levantarla, si es que se logra. Es decir, no hay solución para los niños que no han nacido a lo largo de este siglo. Y ese boquete solo se puede llenar con gente que venga de fuera.
El problema, según las previsiones del INE, es que dentro de quince años las maldiciones de ahora seguirán muy vigentes. Si hay algo bueno es que mejorará ligeramente la tasa bruta de natalidad (efecto directo de la llegada de más foráneos, que ya ahora tienen más hijos que la población local). En concreto, se va a pasar de los actuales 7,46 nacimientos por cada mil habitantes a los 8,37 en 2032 (ejercicio que se tiene como referencia para este otro dato). Lo malo es que se trata, en todo caso, de cifras muy por debajo de los 20 nacimientos por mil habitantes de mediados de los años 70 del siglo pasado. Y, sobre todo, muchos menos de los que se necesitan para plantar cara al envejecimiento de la población.
¿Envejecimiento? Mucho. Los demógrafos pronostican que la esperanza de vida en el conjunto de Euskadi va a aumentar en los próximos quince años de los 83,8 años actuales a los 86,12. Gran noticia que, sin embargo, multiplicará el gasto en pensiones. Solo un ejemplo significativo de lo que va a ocurrir en Bizkaia: este año, según los datos del instituto estadístico, hay 340 personas con más de cien años. Pues bien, en 2037, la cifra se va a multiplicar por cinco, hasta alcanzar las 1.796.
«El escenario que dibuja el INE es coincidente con el que manejamos», dice Asier Aranbarri, director de Innovación Social del Gobierno vasco, área directamente dependiente de Lehendakaritza encargada de afrontar el reto demográfico. Asume que la llegada de inmigrantes para mantener el vigor social y económico, «lógicamente, es algo a lo que vamos a tener que acostumbrarnos». Por eso las estrategias que preparan en Lakua pasan por la «elaboración de un modelo de acogida». Eso significa «preparar itinerarios formativos para la gente que venga» de tal manera que se adapten sus habilidades a lo que demanda el mercado laboral, que ya ahora tiene grandes problemas para cubrir la demanda de ciertos perfiles.
El otro frente abierto es aumentar la natalidad. En ese sentido menciona Aranbarri el apoyo de 200 euros por hijo y «la gratuidad de las escuelas infantiles» a partir del próximo año, junto a otras medidas que faciliten la conciliación. Las políticas de vivienda para poner solución a la emancipación tan tardía («que llega a los 32,5 años») y los planes de empleo juvenil son otros ámbitos en los que hay extenso margen de mejora.
Como flojo lenitivo para aliviar el ánimo ante todo lo que nos espera puede servir la vía comparativa: hay comunidades autónomas a las que ni la llegada de extranjeros les va a librar de perder población, como son Asturias, Castilla y León, Extremadura y Galicia. Aquí, en la España vacía, los problemas crecen. Mientras, Madrid y Cataluña ganarán cada una más de un millón de habitantes en 2037.
1.796personas mayores de cien años habrá en Bizkaia en 2037, cinco veces más de las 340 que hay ahora.
168.690vizcaínos vivirán solos en 2035 (año empleado para la elaboración de esta estadística), frente a los 141.244 que, según el INE, lo hacen este año.
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