Bizkaia logra frenar la expansión del jabalí

Son las cuadrillas de cazadores, formadas por un millar de personas aficionadas, las que siempre logran extraer una mayor cantidad de ejemplares de los montes. La temporada que finalizó en febrero de 2023 capturaron 2.398 jabalíes en batidas. Mientras, más de un millar cayeron por la acción directa del propio Departamento. Unas decenas fueron capturados con arco y esperas. En total, se dio caza a 3.534, todo un récord.

La última campaña terminó sin embargo con 855 jabalíes eliminados menos que la anterior. Las cuadrillas lograron cobrarse 2.212 piezas entre septiembre del pasado ejercicio y febrero de este año, mientras que la Diputación apresó otros 407 animales (menos de la mitad que un año antes) porque causaban daños en los cultivos o para prevenir riesgos sanitarios. 60 se capturaron con arco y en esperas. El descenso total fue significativo pese a que se emplearon «los mismos esfuerzos», según fuentes forales. De ahí que apunten a una «estabilización o incluso ligera tendencia a la baja» de la especie, al menos en algunas zonas.

Los cazadores explican que en la temporada del 2022-2023 se permitieron por primera vez en mucho tiempo batidas extraordinarias en la reserva de Urdaibai, un refugio de fauna donde normalmente no se puede cazar y que los jabalíes habían convertido en un santuario. Estaban provocando estragos en los caseríos. La sobrepoblación supuso la extracción de la zona de muchísimos ejemplares. También recalcan que el censo de cerdos varía en función del número de jabatos. Las jabalinas alternan entre una y dos camadas cada ejercicio. Al año siguiente a la recría hay, lógicamente, más jabalíes. El azar también es otro factor que puede ser determinante en una batida.

La orografía vizcaína es complicada, llena de obstáculos y con una alta densidad de viviendas. La caza está prohibida a cierta distancia de las casas, lo que hace inviable poder perseguirles por muchos parajes. «No hemos podido cazar durante seis días. Por ejemplo, no nos dejaban pasar a una zona en la que había 14 jabalíes en Ibarrangelu que estaban destrozando los frutales. Había que dar un gran rodeo y no voy a llevar a personas de 80 años tres kilómetros por zarzales», relata el jefe de una cuadrilla. Por lo demás, están realizando «buenas capturas» en esta nueva temporada. En Las Encartaciones «hay muchísimos, porque escapan del lobo en Burgos», explican.

Las batidas se realizan los domingos, aunque la Diputación puede autorizar cacerías extraordinarias. A veces, se extienden también para acechar al corzo. Ambas especies se cuelan en las huertas y destrozan todo a su paso, causando miles de euros anuales en daños. Los jabalíes también son reservorios de enfermedades. Además de la triquinosis a los seres humanos, pueden transmitir gripe porcina, brucelosis y tuberculosis al ganado y la letal enfermedad de Aujeszky a los perros.

Los jabalíes, y en menor medida los corzos, son responsables también de muchos accidentes en la carretera. Durante la última campaña se dio caza a 87 cérvidos, una cifra similar a la del año anterior. La temporada de hembras arrancó el primer domingo de septiembre hasta el 11 de octubre, y regresará el 5 de diciembre hasta el 28 de febrero. El periodo para la caza de corzo macho a rececho es del 15 de abril hasta el 30 de junio durante todos los días de la semana.