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Las grandes crisis van ligadas de forma inseparable a sus escenarios. Cuesta imaginar la de los misiles sin ver a Kennedy dirigiéndose a la nación desde el Despacho Oval. En el mismo lugar, un George Bush cariacontecido confirmó que el mundo había cambiado irremediablemente un ... 11 de septiembre. Tenemos grabado en la memoria ese escritorio, construido con madera de un buque británico, pero sabemos muy poco del lugar donde se gestionaron nuestros dramas domésticos. ¿Dónde se diseñó el plan de rescate tras el accidente de aviación del monte Oiz? ¿En qué mesa se sentaron las autoridades del territorio cuando la ría anegó el Casco Viejo en 1983?
La única certeza es dónde lo harán a partir de ahora. Ante cualquier catástrofe, políticos y expertos pondrán rumbo al parque de Bomberos de Urioste. Allí, la Diputación situará el Centro Integrado de Gestión de Emergencias (Ceige), que comenzará a funcionar en 2018. Su creación era un objetivo del área de Administración Pública y Relaciones Institucionales que dirige Ibone Bengoetxea. Se trata de reunir de forma estable y entre cuatro paredes a todos los implicados en cualquier emergencia que amenace Bizkaia.
En el Ceige trabajarán codo a codo la dirección foral de Emergencias, el centro de comunicaciones de los Bombero y responsables de los departamentos de Sostenibilidad y Medio Natural, Desarrollo Económico y Acción Social. La primera tiene competencias en los incendios forestales, la segunda engloba las comunicaciones por carretera –que podrían verse comprometidas por inundaciones y fuegos– y la última desplegaría sus recursos para acoger a los damnificados.
Hasta ahora, también trabajaban de forma coordinada siempre que era necesario. Bomberos y Sostenibilidad lo hacen a diario durante el verano en la prevención de fuegos y no es raro que Acción Social intervenga en casos como el derrumbe de la ladera de Kamiñalde, en Ondarroa, donde hizo falta realojar de urgencia a los vecinos. El salto, según Ibone Bengoetxea, es que «todos los avisos llegarán aquí, lo que permitirá el intercambio de información entre todos los agentes implicados en tiempo real, optimizará la coordinación y agilizará la toma de decisiones. Es un paso más en la modernización».
El primer lugar que barajó la Diputación para el Ceige fue el centro de control del Peñascal, una vastísima infraestructura semivacía en plena Supersur. Fue hace unos meses cuando se conoció la disponibilidad de un edificio administrativo anexo al parque de Urioste. La idea concitó simpatías. Por un lado, es la principal base de Bomberos, donde estos tienen su centro de coordinación y donde está el puesto de mando del servicio. Jugaba a su favor la cercanía al Gran Bilbao, que concentra el 63% de las intervenciones contra incendios, y goza de mejores comunicaciones que la Variante Sur Metropolitana. También se tuvo en cuenta que dispone de un amplio aparcamiento y un acceso adecuado para vehículos pesados.
El espacio era el otro requisito fundamental y Urioste lo cumple con nota. En la planta baja del edificio, que desde el exterior se asemeja a un gran baserri, hay un auditorio de 183 metros cuadrados donde se instalará el Ceige. «Hasta hora se usaba en contadas ocasiones, para recibir a los nuevos ingresos y cuando se les daba el título, pero no tenía una gran actividad», destaca Óscar Bascones, uno de los jefes de servicio de los Bomberos. También cuenta con un hall diáfano de 108 metros cuadrados y, en la planta superior, otros 105 metros cuadrados que se emplearán como sala de prensa. La ubicación en un alto facilita la llegada de la señal desde los repetidores. Serán sus cuatro paredes las que acojan a los mandatarios vizcaínos en días de crisis.
El espacio más grande del Ceige será el actual área de comunicación de los Bomberos. «Desde ahí controlamos todos los avisos y tenemos geolocalizados en la pantalla todos los camiones y efectivos. Les indicamos en tiempo real dónde pueden conectarse a las bocas de agua», detalla Óscar Bascones. Dos bomberos y un jefe de servicio trabajan en el control las 24 horas. La puerta más cercana dará acceso a tres puestos pensados para un responsable de cada área foral implicada (Sostenibilidad, Acción Social y Carreteras). La sala contigua acogerá la mesa de crisis cuando sea necesario. Allí se sentarán los mandatarios forales y de otras instituciones que puedan verse implicadas. Al fondo, tres despachos servirán de apoyo: desde informáticos a psicólogos que tuvieran que intervenir en catástrofes concretas. Acondicionar este espacio costará unos 240.000 euros.
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