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Bilbao y toda la plaza de enfrente era desbordante. De hecho, una de las frases que más podían escuchar este viernes los periodistas que se acercaban a la concentración convocada por las entidades englobadas en la plataforma Alianza por la Emergencia Climática de Euskadi para ... recoger los pareceres de los participantes era «te cuento lo que quieras, pero es que soy menor». Fue una movilización general, pero sobre todo estudiantil, con un mayor peso evidente del alumnado de Secundaria. Fue la Bizkaia más joven la que participó en la huelga y se lanzó a la calle para exigir la toma de medidas urgentes para frenar el cambio climático, antes de que el fenómeno sea irreversible.
Hubo convocatorias por todo el territorio, y en la propia Bilbao coincidieron y se sucedieron varias, aunque la más llamativa, por el escenario, fue la celebrada a las 11.00 horas frente al Ayuntamiento de la villa. Entre los asistentes se podían ver pancartas entre las que abundaban los eslóganes en inglés. «No hay planeta 'B'», «Nuestra casa está en llamas», «Escuchad a la ciencia, el cambio climático es un hecho», «Sal de tu cuarto, el medio ambiente te necesita» y «Hay más plástico que sentido común», eran algunos de los lemas más llamativos.
Tres portavoces leyeron un comunicado en el que recordaron que la convocatoria de ayer contaba con el apoyo «de más de 300 organizaciones», todas firmantes del «manifiesto en defensa del futuro, de la vida tal y como la conocemos y de un mundo justo». En Euskadi, recordaron, «esta es una jornada de huelga estudiantil, de consumo y laboral en la que el protagonismo lo tienen las organizaciones ecologistas y estudiantiles». Su discurso fue muy crítico con las instituciones, que «tienen que estar a la altura de las necesidades que exige este momento».
Entre las exigencias que plantearon estuvieron «la urgencia de asumir la situación actual admitiendo el diagnóstico e indicaciones de la comunidad científica»; la toma de «medidas concretas para adquirir hábitos de consumo responsable y respetuoso con el medio ambiente», entre ellos el abandono de los combustibles fósiles; y afrontar «la transición energética y de modelo productivo».
Los concentrados aseguraron que «en Euskadi queda aún mucho por mejorar». Por ejemplo, la Unión Europea tiene como objetivo «el uso de un 32% de energías renovables para 2030, mientras que Euskadi tan solo dispone de un 7%, indicador de que debemos impulsar la energía limpia». Añádase a esto que el 96 % de los desplazamientos que se realizan en el País Vasco utilizan derivados del petróleo y ocupan el cuarto puesto en emisiones de efecto invernadero».
Tras esta concentración, una manifestación tras el lema 'El capitalismo está matando el planeta', convocada por Ikasle Sindikatua, recorrió el centro de Bilbao. En ella se corearon lemas como «Si el planeta fuera un banco ya lo habrían salvado», «las cumbres del clima son una estafa» y el no muy sutil pero directo «El sistema es una mierda». A su finalización, dos portavoces leyeron un texto en el que se acusaba a los políticos y gobernantes de hacerse pasar por ecologistas a conveniencia y se llamaba a un cambio urgente del actual modelo de producción y consumo para salvar el planeta. Por la tarde, otra manifestación recorrió Bilbao desde el Museo Guggenheim hasta el Ayuntamiento.
Los estudiantes de la Universidad de Deusto, por su parte, realizaron su propio acto reivindicativo, encabezado por el propio rector, José María Guibert, que leyó un manifiesto mientras parte de la comunidad universitaria se situó sobre la silueta de la palabra SOS, como llamada a las soluciones al cambio climático. Aunque la Universidad del País Vasco no se adhirió como institución a las movilizaciones, sí que registró un notable vaciado de sus aulas. «No hay nadie, está esto muy despejadito. Hoy el silencio es sepulcral», comentaban a EL CORREO por la mañana desde la Secretaría de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación.
Los institutos de todo el territorio también vieron vaciarse sus aulas y pasillos. En el de Gernika, que había convocado su propia concentración, los alumnos de Bachillerato secundaron la huelga al cien por cien. El alumnado del de Durango, por su parte, decidió asistir a clase a primera hora para desplazarse luego a las concentraciones de Bilbao. En el Instituto Ategorri de Erandio apenas asistieron a clase «cuatro o cinco alumnos» de Bachiller, mientras en el centro de Formación Profesional Nicolás Larburu, de Barakaldo, la participación en la huelga fue prácticamente completa.
Cristina Raposo
Además de en Bilbao varios municipios han querido mostrar su apoyo a la lucha para frenar el cambio climático. En Galdakao todos los representantes del equipo de gobierno se han concentrado durante media hora a las puertas del Ayuntamiento. «Nosotros en julio casi por unanimidad aprobamos una moción de medidas contra el cambio climático. Las instituciones tenemos una gran responsabilidad y nosotros estamos comprometidos con la causa», apunta Nerea Orozko, concejala de Igualdad.
Al Ayuntamiento también se acercaron decenas de vecinos que apoyaban la causa. Iván, que llegaba a la plaza con su bicicleta, faltó a su trabajo por sumarse al acto. «Hay que tomar conciencia cuanto antes porque muchas veces cuando se quiere remediar es demasiado tarde. Es importante que a nivel municipal se hagan y se celebren actos así y no solo en las grandes ciudades». Allí también se encontraba Amaia, acompañada de su ama. Ha optado por secundar la movilización porque «es algo muy importante y por lo que hay que luchar». Transcurrida la media hora, el espacio ha ido poco a poco vaciándose. «Hay que ir a producir», le comentaba Ana a su amiga.
Sergio Llamas
La movilización internacional impulsada desde la Alianza por la Emergencia Climática para hoy también se está dejando notar en Barakaldo. La Herriko Plaza acoge una carpa informativa en apoyo a la huelga convocada desde el movimiento. «Aunque los actos centrales están convocados en Bilbao, queremos visibilizar también esta realidad en lo local», ha explicado el representante de Ekologistak Martxan en Barakaldo, Javier Vázquez.
Además de carteles y una pantalla con información sobre la emergencia climática que se vive en la actualidad, la iniciativa ha incluido un juego en grupo para calcular la huella de carbono que genera cualquier ciudadano. A los participantes se les ha preguntado sobre sus hábitos, como el uso del vehículo privado o los viajes que realizan en avión, para poder representar con bolas de colores depositadas en un recipiente el impacto que tienen sobre el medio ambiente.
«Tenemos que concienciarnos de que no es suficiente con que nos sumemos muchos a esta causa. Tenemos que estar todos, porque es una cuestión de supervivencia», ha remarcado el portavoz de Ekologistak Martxan, que forma parte de la Alianza por la Emergencia. Más de un centenar de asociaciones conforman esta agrupación, que cuenta además con el apoyo de otras 300 entidades.
Vázquez ha celebrado que muchos estudiantes de bachillerato y formación profesional de Barakaldo se hayan sumado a la huelga, y animó a faltar a clase en aquellos centros donde no estaba previsto hacerlo. «Los jóvenes no tienen que pedir permiso a quienes han hipotecado su futuro para vivir mejor. Les hacemos un llamamiento para se organicen a nivel local y ponemos a su disposición nuestras instalaciones de Ekobaraka para que organicen su movimiento. Esto tiene que partir de cada ciudad, cada barrio e incluso de cada casa», ha razonado.
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