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El verano dice hoy adiós. Así lo entienden los meteorólogos que miden este periodo del 1 de junio al 31 de agosto -para el resto de los mortales ese final llegará el 23 de septiembre-. El estío acaba, según los expertos, marcando cifras de récord. ... Las olas y golpes de calor y la práctica ausencia de precipitaciones, a excepción de la última semana de junio, han dado como resultado una de las épocas más secas y con más calor que se recuerdan. Estos tres meses constituyen, según los datos ofrecidos ayer a EL CORREO por la Agencia Estatal de Meteorología el segundo verano más cálido desde que se tienen registros, desde 1947. Tan solo el del año 2003 superó al actual al anotar una temperatura media de 22,4 grados Frente a los 22,1 de estos tres últimos meses.
Hay varios indicadores a los que atender para afirmar que este verano se ha salido de la norma. Para empezar, las temperaturas que han registrado los termómetros. Lo habitual es que la media veraniega ronde los 19,5 grados. Algo que se ha visto superado en casi tres grados. Y no solo eso, ha habido jornadas con máximas que duplicaron ese valor. El observatorio de Loiu registró 41,2 grados el 17 de julio. No es la cifra más alta, pero sí extraordinaria.
Si en otras ocasiones la rutina estival de los vizcaínos pasaba por no olvidarse una cazadora en casa, este año incluso las noches han sido propicias para estar en mangas de camiseta. Algo que no ocurría desde hace casi una década con tanta frecuencia.
Otra cuestión a tener en cuenta es que la insolación ha sido superior a otros años. La media de horas de sol en julio y agosto superó la cifra habitual, no así en junio, que se mantuvo dentro de los parámetros estándar. En agosto, por ejemplo, se han contabilizado hasta hoy 209 horas con el astro rey brillando en lo alto, frente a las 183 horas de media en la contabilidad histórica.
Más llamativo es el dato de julio. Miguel Ángel Manjón, técnico de Meteorología de Aemet en Euskadi, lo explica: «Hemos tenido el julio con más horas de sol. Hubo 286 horas en Loiu y la media se sitúa en 188». El anterior registro más alto data de 1990, con 269 horas, «casi veinte menos». Junio, por su parte, contabilizó en torno a 176.
En cuanto a las precipitaciones, cabe destacar que este no ha sido precisamente un verano en el que tener a mano el paraguas. Sin contar con la última semana de junio, cuando la lluvia sí se hizo notar, este verano se ha caracterizado por su sequedad. En julio, tan solo cayeron 5,9 litros por metro cuadrado. Lo normal para estas fechas habría sido poco más de 50. Por su parte, agosto anotó 31,4 litros, de los 69,3 litros que acostumbraban a llover de media. «Lo significativo es que vamos uniendo meses no cálidos, sino muy cálidos desde mayo», explica Manjón.
Pero hay otro indicador que arroja luz al escenario caluroso de este verano. Y es que el agua del mar ha elevado también su temperatura este agosto hasta los 24,2 grados. De forma general, debería estar a 22 grados. De nuevo, el récord se marcó en 2003, cuando el Cantábrico se convirtió en un caldo de casi 25 grados (24,8º).
Lo que le espera ahora a Bizkaia, comenta Manjón es «un cambio en los meteorológico con bajada de temperaturas considerable a corto plazo», pero viene «poca cosa» de lluvia. El verano tal y como lo entendemos todos parece que prosigue igual.
22,1grados es la temperatura media que ha registrado la estación de Loiu este verano.
41,2grados es la máxima que anotó el punto de medición del aeropuerto en el mes de julio.
24,2grados ha sido la temperatura a la que se mantuvo el mar Cantábrico de media durante todo el mes de agosto.
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