«En Bizkaia los bienes troncales están obligados a seguir la línea sucesoria»

- ¿Por ejemplo?

- En Bizkaia está el concepto de la troncalidad. Aquellos bienes que provienen de abuelos o bisabuelos. En estos casos, estamos obligados a seguir la línea sucesoria, no se pueden dejar a a fundaciones, entidades...

- ¿Es el caso de los caseríos?

- Por ejemplo. Pero también puede ser un piso de un abuelo en una anteiglesia.

- Antiguamente había familias que dejaban el caserío en herencia al descendiente varón y la hija se veía obligada a abandonar el inmueble.

- Es una norma de costumbres que no se ha llegado a cambiar, pero que se ve menos. El derecho foral vizcaíno siempre ha sido de tradiciones. Son reglas no escritas, pero que nuestros ancestros practicaban todos los días. Y bajo esa norma, se elegía a uno de los hijos o hijas. También había familias que decidían dejárselo a la mujer.

- Pero hoy las costumbres no son las mismas que hace años.

- Están cambiando. Y además estamos en plena crisis del caserío. Ya no lo vemos como una explotación agrícola como hace sesenta años. Pero hay otro tema que se da en Bizkaia y que no gusta en exceso.

- ¿Y cuál es?

- La comunicación foral. Se trata de un régimen económico matrimonial en el que uno no puede vender los bienes, sean comprados o heredados, sin el consentimiento de tu marido o tu mujer.

- ¿En qué casos ocurre?

- Es una modalidad que se aplica cuando una pareja se casa en una anteiglesia y no realiza ningún pacto previo entre ellos. Por ejemplo, si dos personas contraen matrimonio en Santurtzi y no acuerdan un régimen diferente con anterioridad, se les aplica la comunicación foral. Si se separan, no pasa nada, pero si tienen descendencia común, la cosa cambia. Los bienes pasan a ser de los dos. Por contra, si eres vecino de una villa, lo que se aplica son los gananciales en los que las herencias son privativas.

- ¿Hay alguna otra peculiaridad más en el caso de Bizkaia?

- Las cofradías, aunque están en decadencia y ahora se limitan a una simple comida. El código foral vasco recoge ese funcionamiento colectivo y los seguros de las cofradías por muerte de ganado o incendios del caserío.