![Bizkaia baja por sorpresa la velocidad de sus carreteras](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/201906/10/media/cortadas/carretera1-kViH-U80480205382rFH-624x385@El%20Correo.jpg)
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Bizkaia ha reducido la velocidad de una parte importante de sus carreteras -y también en algunos radares- en las últimas semanas. Y tiene previsto pisar el freno en unos cuantos tramos más de sus principales redes viarias. La medida ha generado un indisimulado malestar entre ... muchos conductores vizcaínos. Básicamente, porque entienden que reducciones de estas características deberían ser anunciadas previamente de forma oficial. La Diputación de Bizkaia, titular y responsable de las carreteras del territorio histórico, asegura que esta aminoración se ha decidido después de una serie de estudios sobre los tramos concretos con el objetivo de garantizar la «seguridad vial» de los conductores. En concreto, los técnicos forales han comprobado que el 30% de los vehículos supera la velocidad señalizada en muchos de estos puntos.
La reducción afecta a una veintena de tramos de la red viaria, que tiene casi 3.000 kilómetros y 34 radares fijos, más de la mitad en la A-8. Varias de las modificaciones decretadas ahora se centran, precisamente, en esta autopista. Por ejemplo, en el enlace entre el hospital de Galdakao y el viaducto de Pradera, donde la velocidad se ha reducido de 120 kilómetros por hora a 100. También entre el enlace del Max Center hasta el Ballonti se ha pasado de 100 a 80.
Pero hay muchos más: el de la BI-631, entre la rotonda de Ibarsusi y el enlace con el corredor del Txorierri. Es lo que se conoce como la subida al alto de Santo Domingo, donde hay otro radar en sentido Bilbao. También está afectado, entre otros, el tramo final del corredor del Txorierri, cerca del enlace con la AP-8. Otro punto importante en esta nueva relación es el corredor de Uribe Kosta, cerca de la rotonda de Artaza, donde hay dos radares -uno en cada sentido- que han pasado de 100 a 80. También se ha reducido el límite en el corredor del Cadagua en varios puntos y en el alto de Enekuri, donde el límite de velocidad pasa de 80 a 70.
Muchas de las principales carreteras de Bizkaia, en definitiva, han pisado el freno de forma bastante generalizada. Varios de ellos, además, se encuentran controlados por radares fijos. Uno de los primeros cambios -y más llamativos- se produjo en el radar que controla la velocidad en el tramo de la A-8 situado justo antes del Puente de La Arena, en sentido Cantabria. Aquella modificación irritó a muchos conductores. No sólo por el hecho de que la velocidad se redujese de 100 a 80 sin previo aviso en uno de los puntos más transitados de la red viaria. También debido a que se trata de un punto que ha sufrido numerosos cambios en los últimos años. De hecho, este cinemómetro estuvo fijado en 80 kilómetros por hora a partir de 2016, cuando el viaducto fue sometido a una rehabilitación integral. Terminadas las obras, la Diputación volvió a ampliar el límite de velocidad, una modificación que ha vuelto a cambiar ahora. El año pasado, el cinemómetro fijo ubicado en la AP-68, junto a la conexión con la AP-8 en sentido hacia Bilbao, se situó en la cúspide con un promedio de 61 sanciones diarias. Tráfico ingresó más de 5,2 millones por las multas de estos dispositivos, casi la mitad por radares móviles. Muchos conductores temen, en este sentido, que se establezcan controles de velocidad con cinemómetros móviles en los tramos» en los que se ha modificado la velocidad sin avisar antes. Como ha ocurrido hace escasas fechas en el alto de Santo Domingo.
Fuentes de la Diputación insisten en que los accidentes se agrupan, principalmente, en dos bloques: los que se producen por «alcance» y los que tienen su origen en «salidas de calzada». El primer grupo de siniestros -insisten- no guarda relación con la velocidad, sino con el factor humano. Por tanto, «no es posible preverlos».
En cambio, los accidentes por salidas de calzada sí están relacionados con la velocidad de los vehículos y, según dicen, «en menor medida con las características del firme». Es ante este tipo de siniestros -recalcan- donde se puede actuar con más efectividad. Los técnicos forales han estado estudiando los «hábitos de conducción» y las «velocidades de circulación». De esta forma, han llegado a dos conclusiones. Por un lado, el 30% de los vehículos supera los límites marcados en las señales. Y el 8% de los conductores supera en unos 20 kilómetros los límites fijados en los tramos en los que no existen radares.
Estos estudios indican que los límites fijados hasta ahora pueden no «resultar adecuados». Entre otras razones porque también se ha examinado la capacidad de «rozamiento» de algunas calzadas a la hora de adaptarse a los «vehículos más rápidos» y que se mueven por encima de lo que marcan las señales. Además, estos tramos «coinciden» con zonas en curva o trenzadas. En definitiva, recalcan que la decisión de cambiar las velocidades se debe a la necesidad «garantizar la seguridad de ese 30% de vehículos que circulan» por encima de lo permitido.
Mario García, portavoz del Real Automóvil Club Vasco-Navarro, critica el hecho de que esta reducción de la velocidad en un importante número de tramos de la red viaria vizcaína se haya realizado sin avisar previamente. «Lo mínimo» que se debería hacer -insisten desde la asociación- es colocar «carteles luminosos» advirtiendo de la «nueva limitación» en la carretera. Hacerlo de esta forma supondría, a su juicio, que la Administración está actuando «de buena fe» con los conductores, ya que indicaría que su objetivo es «preventivo». Lo contrario, recalca, da a entender que lo que motiva esta decisión es un simple «afán recaudatorio».
El representante del RAC utiliza este mismo argumento a la hora de hablar de los radares. «Colocar cinemómetros no es en sí mismo algo negativo si lo que se persigue es reducir la siniestralidad y no aumentar la recaudación». Pero para eso -incide- lo que se debe hacer es estudiar «tramo por tramo» las carreteras.
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