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La sucesión de incendios en viviendas arrojan cifras trágicas en Bizkaia durante los últimos meses. En apenas un año el territorio acumula cinco fallecidos, una ... decena de heridos y otros tantos intoxicados por inhalación de humo. Antes que el siniestro de ayer en la calle Labayru de Bilbao en el que perdió la vida una mujer de 73 años, hay constancia de al menos otra decena de sucesos graves desatados en inmuebles del territorio. Tres de ellos dejaron víctimas.
El incendio más grave, y el que más similitudes puede guardar con el de ayer, se registró el pasado 19 de abril en el barrio Mendieta de Ajangiz. Las llamas devoraron un caserío de tres pisos y provocaron dos muertes: la de un hombre de 73 años con problemas de movilidad y la de su cuñada de 60 que intentó recatarle. La mujer del primero y hermana de la segunda salvó la vida aunque tuvo que ser atendida por inhalación de humos. En plenas navidades, el 22 diciembre, quedó reducido a escombros otro caserío en el barrio Artika de Bermeo. Inicialmente se pensaba que estaba vacío, pero acabó apareciendo el cuerpo de un hombre de 43 años que ayudaba a la familia propietaria.
2025 no ha empezado con mejor pie. El 31 de enero murió un hombre de 41 años al lanzarse por la ventana de un tercer piso huyendo de las llamadas desatadas en un edificio en Basauri que obligó a abandonar sus viviendas sin fecha de vuelta a una veintena de familias. Además de ese siniestro luctuoso y del de ayer, en menos de tres meses ha habido al menos cuatro incendios graves más. El del 30 de enero en un primer piso de Ermua generó un herido, el del 7 de febrero en un segundo de Erandio dos intoxicados y cinco personas rescatadas, el del 26 de febrero en un bloque del barrio bilbaíno de La Peña dejó siete heridos, dos de ellos graves, y el del 2 de marzo en un caserío de Arrankudiaga se saldó con dos atendidos por inhalación de humos.
El año pasado por estas fechas la Diputación anunció que iniciaba una campaña de información para explicar a la ciudadanía los pasos a seguir en caso de que tengan que hacer frente a un fuego en su propia casa o en el bloque en el que residen. El plan se ponía en marcha justo después del colosal incendio que dejó una decena de muertos en un inmueble de Valencia que generó «psicosis» en la ciudadanía y una oleada de consultas sobre medidas de prevención y el estado de las fachadas. Pero también porque las estadísticas reflejan que este tipo de incidentes están lejos de ser puntuales en Bizkaia.
Según las estadísticas que maneja el cuerpo de bomberos forales, en 2023 se registraron 347 fuegos en viviendas y locales frente a los 591 originados el año anterior. Supone un descenso del 41%. ¿Por qué? Los especialistas no tienen una explicación clara. Lo que se mantuvo invariable en ambos ejercicios fue el número de fallecidos tres en cada uno. Las actividades de cocina y particularmente el «incendio de campanas extractoras» se encontraría detrás de una parte importante de los sucesos, según la memoria de actuación de los servicios de extinción.
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