Cientos de trabajadores de Bilbobus se manifestaron este martes por la mañana, desde el Sagrado Corazón hasta el Ayuntamiento, para pedir que se desbloquee la negociación del convenio colectivo. «Llevamos un año desde que se acabó el convenio anterior y la empresa ha ... expresado un 'no' tajante a la negociación», ha criticado un portavoz sindical de ELA. Los trabajadores denuncian que desde entonces se viene aplicando una «política de recortes» que afectan su seguridad y derechos sociales. Por ello, han anunciado paros a partir del 3 de diciembre, que culminarán con una huelga el 21, día de Santo Tomás 2018.
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La plantilla comenzará con paros de dos horas durante dos días en la primera semana, que pasarán a ser de cuatro horas en la segunda semana de diciembre. Bilbobus trasporta cada año unos 26 millones de viajeros. «En la plantilla hay unos 550 empleados, de los cuales 150 son eventuales. En una empresa que mueve este volumen de financiación pública es insostenible esta situación». ELA incide en que Alsa, la adjudicataria del servicio, consiguió 3.300.000 euros de beneficio entre 2014 y 2016 y lanza una crítica también al Ayuntamiento, con el que se reunieron en abril y que ha mostrado una «inoperancia total». Además, este año, el Consistorio sacar los pliegos de licitación del servicio.
Escoltados por la Ertzaintza, los manifestantes recorrieron toda la Gran Vía hasta el Arriaga haciendo sonar sus silbatos. «La empresa está amortizando los puestos de trabajo contratando a muchos eventuales», apunta un trabajador que lleva 18 años en Bilbobus. El conflicto no es reciente, «nos pasó lo mismo en tiempos de Veolia», recuerda. Mientras, sin que hayan avanzado las negociaciones, la plantilla sigue cumpliendo horas y solo encuentran «buenas palabras y ninguna acción» por parte de la empresa.
«Pedimos seguridad e higiene para los conductores y conductoras», destaca otro empleado. En muchas ocasiones, los trabajadores deben recorrer largas distancias en sitios apartados y con poca iluminación para llegar a las dependencias de Elorrieta. «Al igual que se han aprobado las paradas a demanda para mujeres, exigimos la misma seguridad para los trabajadores y trabajadoras». La concentración acabó en las escaleras del Ayuntamiento con un mensaje claro: «La próxima vez que estemos aquí no pediremos que se solucione el conflicto, lo exigiremos. ¡Basta de palabras!».
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