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Esto es ir contracorriente: sacar un nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y que en vez de reservar suelo para nuevos desarrollos, se dé un paso atrás y se recalifiquen fincas ahora urbanizables a no urbanizables. En concreto, hablamos de 36,3 hectáreas en ... las que ahora se podría construir y donde ya no se podrá.
Eso es lo que está haciendo Bilbao. El Ayuntamiento presentó ayer el futuro plan (que sustituirá al de 1995) ante el Consejo Asesor de Planeamiento, un paso fundamental en una tramitación intrincada a la que aún le quedan dos años. Pero la base ya está puesta sobre dos pilares fundamentales: uno, que la ciudad no va a crecer en habitantes y, por lo tanto, no se quiere consumir más suelo; y, dos, se quiere un municipio más verde, con más calidad de vida. Porque hay estudios en todo el mundo que relacionan el buen envejecer con la proximidad de espacios naturales.
La plasmación más cristalina de esa filosofía es que «no sólo no extendemos la mancha urbana, sino que suelos que aparecían como urbanizables los ponemos como zonas verdes, es decir, no urbanizables», certifica el concejal de Urbanismo, Asier Abaunza. Eso no quiere decir que se frene en seco el crecimiento de la ciudad. De hecho, se prevén reservas para 14.638 nuevas viviendas, pero se levantarán en terrenos ya ocupados con otros usos (ferroviarios, industriales...). Por ejemplo, en Zorrozaurre y Bolueta, que ya están lanzados; o en Punta Zorroza, Elorrieta, Olabeaga, las vías en Abando, y Rekalde. En fin, que no se va a consumir más suelo, sino que se va a usar de otra manera.
La descalificación de suelos urbanizables a no urbanizables se localiza, esencialmente, en las laderas del norte de la ciudad. En concreto, en los suelos que suben hacia Artxanda desde la Universidad de Deusto y que estaban reservados para futuros crecimientos de la institución académica. Según Abaunza, se mantiene un tercio como urbanizable, y las restantes dos terceras partes se quedan como zonas verdes. También se recalifican fincas en las zonas altas de Arangoiti que en 1995 se habían contemplado para desarrollos residenciales que no llegaron; y lo mismo en Ciudad Jardín y en Larraskitu.
El Ayuntamiento también prevé reforzar el anillo verde diseñando corredores que unan zonas verdes públicas, y pone el ojo en fincas privadas que, a lo largo de los próximos quince años, irá adquiriendo para compactar ese gran parque periférico. Además, se unen cien hectáreas de terreno al área protegida del Pagasarri, que sumará 780 hectáreas.
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