Bilbao quiere vender por un millón de euros la energía limpia que produce

«Esto ocurre, por ejemplo, en varios colegios», explica José Tesán, subdirector de Servicios Generales. «Sobre todo en verano tenemos excedentes» que se vuelcan en la red. Y esta situación viene muy bien para entender lo que quiere hacer ahora el Ayuntamiento: vender su producción energética. Ahora, el precio de esa electricidad que se genera en instalaciones municipales se ha valorado por el Consistorio en torno a 400.000 euros al año. Pero el plan es incrementar en los próximos cuatro ejercicios los puntos de generación para más que duplicar ese monto inicial y llegar al millón de euros en 2028.

«Es la primera vez que el Ayuntamiento busca vender, o más bien compensar, la energía que produce; convertir los edificios municipales en generadores de energía», desarrolla Tesán. El invento es innovador no porque la electricidad se vuelque a la red, cosa normal, sino por las fórmulas de compensación que se determinen para articular la relación con la operadora de turno. Es decir, hay que tener en cuenta que hablamos de entornos donde, como ya se ha dicho, en ciertos momentos no es suficiente con lo que se produce y hay que tirar del sistema general; y en otros momentos, se genera más de lo que se requiere y se vuelca a la ved. «De lo que se trata es de ver cómo se articula eso: si se compensa kilovatio con kilovatio, o en euros, o bien se crean comunidades energéticas...».

Se están, en fin, poniendo las bases para un sistema que además, en último término, reduce la dependencia energética del exterior. Por supuesto que la autosuficiencia es inviable, pero cualquier paso hacia ella es interesante. Hay que recordar que en Zorrozaurre se había marcado como objetivo que la isla generase tanta electricidad como requiriese, pero el planteamiento teórico se quedó en eso, en teoría alejada de la realidad.

¿Dónde está generando ahora energía el Ayuntamiento de Bilbao? Hay producción hidroeléctrica, por ejemplo, en el salto de Sollano, en el tránsito del agua que llega desde Ordunte. Aprovechando la fuerza del líquido en el entorno de la estación de tratamiento se ha instalado un sistema generador de electricidad. Y hay que hablar de la quincena de edificios municipales con placas fotovoltaicas. Las hay con escaso poderío, las más antiguas, como las instaladas en el edificio anexo a la Casa Consistorial, en Campo Volantín, con 5 kw. Pero también están sistemas capaces de generar más de 100 kw, como el que se encuentra en la central de la Policía Municipal en Miribilla, o la Ikastola Intxixu de San Ignacio, frente a Idom. Los sistemas de generación actuales son los que producen, según los cálculos municipales, energía por valor de 400.000 euros.

Lo que ocurre es que en los próximos cuatro años el plan es incorporar nuevos emplazamientos con placas fotovoltaicas tanto en edificios educativos como administrativos y de todo tipo de servicios municipales. Hasta 52 ubicaciones se podrían contar, y el Consistorio ya tiene el listado de todos aquellos susceptibles de este uso. De hecho, ya está montada y pendiente del trámite para su puesta en servicio la mayor instalación de esta naturaleza, que es la que se encuentra en la cubierta de las instalaciones de Elorrieta donde 'duerme' el parque móvil municipal, y que tiene una capacidad de generación de 300 kilovatios.

Hablamos de los próximos cuatro años porque esa será la vigencia del contrato para el suministro de energía eléctrica para el Ayuntamiento de Bilbao y entidades públicas dependientes. Está ahora en licitación y tiene un valor estimado de 50,4 millones de euros para esos cuatro ejercicios (en realidad, son dos, más otros dos prorrogables a voluntad de la Administración). Es decir, 12,6 al año. Aquí se incluye, dice Tesán, tanto el alumbrado público como todo lo que necesitan las instalaciones municipales y firmas en su órbita (el teatro Arriaga, Surbisa, Azkuna Zentroa, Mercabilbao...). No se incluye, sin embargo, Bilbao Kirolak, que tiene su propio contrato y no es poco grueso porque la climatización de piscinas y gimnasios requiere de un gasto grande.

Pues bien, esos 50,4 millones de euros se reparten en dos lotes. El primero representa el 93% del gasto total y se corresponde con el tradicional esquema de prestación de servicios: las operadoras podrán rebajar esa cifra lo que quieran y se determinará un precio fijo para todo el periodo que evitará sobresaltos para los intereses municipales en caso de que se dispare el coste energético, como ocurrió en los últimos años. El segundo lote del contrato, que supone un 7% del importe, es el que se corresponde con todo lo que hemos avanzado anteriormente porque se refiere al suministro de inmuebles donde también se genera energía. Ahí vendrá el ajuste fino.

El precio será variable porque el pago por la energía que se vuelca «depende de las horas y se calcula de acuerdo con las fórmulas que pone Red Eléctrica», dice el subdirector. Como se ha avanzado, habrá de detallar de qué manera se compensa lo que se consume con lo que se vuelca a la red según el momento del día o del año. El modo en el que se articule esta relación posiblemente determinará cómo se van a hacer las cosas en los próximos años, cuando el ánimo es que esta manera de funcionar gane peso, avanzando así Bilbao hacia un entorno de más generación de energías limpias.