![Bilbao se protege con 663 millones ante «la incertidumbre» y el «enfriamiento significativo» de la economía](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202211/28/media/cortadas/ayuntamiento-RDjWFMnr3i5NwQpzHeEunAM-1248x770@El%20Correo.jpg)
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Atención al panorama y a lo que llega en 2023: «Inflación, alza de los tipos de interés, incremento del precio de la energía, problemas de suministros, tensiones geopolíticas...». Lo ha recordado este lunes la concejala de Hacienda del Ayuntamiento de Bilbao, Marta Ajuria, durante la ... defensa de su proyecto de Presupuestos para 2023. «Nos enfrentamos a un escenario de incertidumbre que genera pérdida de confianza en el futuro e inseguridad en las personas y colectivos más vulnerables». Porque lo que llega, en fin, es «un enfriamiento significativo» de la actividad económica, que arrastra a todo lo demás.
En Bilbao se va a enfrentar la situación con 663,5 millones de euros, que es el dinero del que dispondrán las arcas municipales según el proyecto de Cuentas que este lunes se aprueba. Es un 4,8% más que el actual presupuesto y ya llevamos años en los que la sucesión de crisis (sanitaria, económica, energética, bélica, todas juntas...) condiciona las políticas municipales. Para el equipo de gobierno el Presupuesto que ha preparado para 2023 es «responsable, realista y con un marcado carácter social». Para la oposición, todo lo contrario. Todos los partidos que no están en el ejecutivo local han presentado enmiendas a la totalidad que no han prosperado frente a la mayoría absoluta de PNV-PSE.
Ajuria recordó que entraremos en ese año que se parece un poco a una pista de patinaje con más de 21.000 personas en el paro, cifra modesta si se tiene en cuenta la evolución histórica pero importante para lo que llega. La concejala jeltzale aseguró que las Cuentas apuestan por mantener los servicios públicos de calidad pese a la subida de precios de las materias primas y la energía. A ellos (seguridad, transporte, limpieza, etcétera) se destinarán 314 millones. Y la inversión ascenderá a 117 millones, alza modesta en comparación con 2022, pero importante si se tiene en cuenta que en 2019 eran 81 millones. Acción Social, por su parte, aumentará su partida un 7,5% para reforzar, sobre todo, la ayuda a domicilio de personas mayores y el apoyo a las personas desahuciadas. Otros 53 millones se irán a los barrios.
A la oposición le parece insuficiente, aunque por diferentes razones según el espectro ideológico. Siempre es lo mismo: las fuerzas de izquierdas (EH Bildu y Elkarrekin-Podemos) echan en falta, sobre todo, más inversión social; mientras que el PP centra el foco en la política fiscal (pide menos impuestos) y en la seguridad (quiere más medios contra la delincuencia). Pero en esta ocasión, con las perspectivas que tenemos las diferencias se han acentuado más aún.
Ana Viñals, portavoz de Elkarrekin-Podemos, ha recordado que «las crisis se acumulan» y las dificultades van a crecer para muchos bilbaínos. A juicio de la líder morada los 663 millones de Presupuesto son insuficientes para hacer frente a lo que llega porque, además, «con la inflación esos millones valen mucho menos». Así que «si entramos en recesión no vamos a poder ayudar a las personas». En fin, que para Viñals las Cuentas «son poco realistas» para salir al rescate de una ciudadanía entre la que cada vez hay más desigualdades: «Siete barrios de Bilbao no superan la renta media de 15.000 euros, y Abando más que triplica la renta de Iturrigorri-Peñascal». Así que teme más «marginación social» por ese «conservadurismo» en la gestión de los dineros públicos.
Jone Goirizelaia, de EH Bildu, ve «inalcanzable» la pretensión municipal de hacer una ciudad «atractiva, inclusiva y sostenible» porque en los Presupuestos no hay «políticas públicas ambiciosas». Habló del problema de la vivienda, sobre todo para los jóvenes, y el escaso protagonismo que se le da a la empresa públicas Viviendas Municipales en estas Cuentas. Afeó al equipo de gobierno dedicar «más dinero a eventos que a empleo» cuando, recordó, «hay un paro estructural de 20.000 personas». Cuando, además, esas grandes citas (llega el Tour en 2023) lo que generan es «trabajo precario». Y también grandes ingresos puntuales para ciertos sectores, como el de los alquileres turísticos de pisos. También echó en falta un aumento de las ayudas municipales para ayudar a las familias que se verán impactadas por una inflación que «sufre el incremento más alto desde 1994» y una factura energética en los hogares que «se dispara un 124%».
Para Raquel González, del PP, «los presupuestos no pueden estar más alejados de lo que el PP cree que es bueno para la ciudad». «Lo peor», dijo, es a su juicio mantener la presión fiscal porque según aseguró, congelar tasas e impuestos, en un panorama como el actual, «es como subirlas». Lo que los populares propugnan es una bajada fiscal para mantener más dinero en el bolsillo de la ciudadanía. «Las familias se encuentran con poca ayuda y mucha amenaza». Entre estas últimas, las posibles multas del Bilbao a 30 kilómetros por hora o el impacto de las peatonalizaciones, según la visión del PP, en el tejido comercial de ciertas calles. «Lo único que quieren es llenar las arcas», lanzó González. Mientras, los Presupuestos no ayudan en nada a los bilbaínos en este momento de crisis; no se ha hecho mirando a la calle, sino cuadrando números en los despachos».
Como siempre ocurre, las enmiendas a la totalidad han decaído con los votos en contra de los partidos que sustentan el gobierno municipal. Y una vez más PNV y PSE ha aceptado 36 enmiendas parciales de todos los grupos que suponen un total de 1,34 millones de euros. A EH Bildu se le han concedido 10 por un valor de 630.000 euros (para entidades que trabajan con jóvenes, la comisión antisida, para baños públicos, mercados municipales, cooperación...); Elkarrekin-Podemos ha colocado 12 enmiendas por un valor total de 370.000 euros (colonias urbanas, ayuda humanitaria y de emergencia a mujeres, patios inclusivos, promoción de la natación escolar, asociacionismo...); y el PP ha 'rascado' 13 por 339.000 euros (ayudas a comerciantes, a asociaciones de mayores, a la Asociación Artística Bilbaína, puntos de recarga en paradas de taxis...).
Cerró el pleno el alcalde, Juan Mari Aburto, defendiendo que el proyecto de Presupuestos es «responsable» y da respuesta «a las necesidades de los bilbaínos y las bilbaínas, no vamos a dejar a nadie atrás». Asumió también que habrá que hacer frente a retos «en estos momentos de incertidumbre» y defendió que las Cuentas que propone PNV y PSE conjugan «desarrollo económico y cohesión social».
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