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Hoy al fin entra en vigor, pero un poco a medias, la zona de bajas emisiones (ZBE) de Bilbao. Este estreno de las restricciones para acceder a Abando e Indautxu está siendo curiosa porque oficialmente se produjo anteayer, el sábado día 15. Pero como las ... limitaciones sólo operan de lunes a viernes, entre las 7.00 y las 20.00 horas, es hoy cuando realmente son efectivas. Aunque tampoco mucho, porque no se va a sancionar a quienes incumplan. Las multas no llegarán hasta el 15 septiembre. ¿De qué sirve una norma que obliga a algo pero no sanciona su incumplimiento? Normalmente, de nada.
Pero en este caso se trata de que la gente vaya familiarizándose con la nueva ordenanza. Además, en estos tres meses, aunque no habrá multas, sí se remitirá una carta a los infractores para ponerles al tanto de la nueva situación. Es un modo de ir avisando personalmente a cada afectado, lo que previsiblemente será la campaña de comunicación más eficiente.
Al margen del intrincado proceso que nos ha traído hasta aquí y los criterios utilizados para contener el tráfico, establecer restricciones en el centro de las ciudades es una tendencia global. El objetivo es reducir la contaminación del aire, también la acústica, y contener la emisión de gases que provocan el cambio climático. También es una obligación porque la Ley de Cambio Climático y Transición Energética exige que todos los municipios españoles mayores de 50.000 habitantes establezcan una ZBE. Deberían haberlo hecho en 2023, pero casi todos se han retrasado. La mayoría, más aun que Bilbao.
Los condicionantes de la ZBE
Los eximidos La zona de bajas emisiones no afecta a quienes tienen etiqueta ambiental 0, ECO y C, que podrán seguir entrando en Abando e Indautxu con normalidad.
Los afectados Las restricciones afectan a los coches sin etiqueta ambiental y los que tienen distintivo B.
La moratoria Con todo, a partir de hoy sólo quedan afectados los que no tienen distintivo; los B disfrutan de una moratoria durante un año.
Las excepciones Los residentes en la ZBE no están afectados por la medida, tengan el coche que tengan. También las personas con movilidad reducida, vehículos de emergencias, ciclomotores de menos de 50 centímetros cúbicos...
La operativa La gestión de las entradas (para quienes entren por causa justificada o para vecinos y empresarios que expidan invitaciones) se hace por medio de la app ZBE Bilbao EGE.
Esta situación que hoy se estrena inquieta bastante a la ciudadanía porque el detalle no es muy fácil de entender. En términos generales a la ZBE sólo pueden entrar los vehículos con distintivo ambiental 0, ECO y C (estos son los de gasolina posteriores a 2006 y los diésel posteriores a 2015). Eso supone que se quedarían fuera la mitad de los coches que hoy en día circulan por la ciudad.
Como eso supondría un gran cambio, incluso un shock, se va a implantar de manera gradual. En un principio, el primer año afectará únicamente a quienes no tengan distintivo de la DGT (vehículos de gasolina anteriores a 2001 y diésel anteriores a 2006), que suponen alrededor del 14% de los que ruedan por la ciudad. Sin embargo, las previsiones municipales apuntan a que sólo reducirá el tráfico en la zona en un 10% porque parte de ellos tendrán moratorias y exenciones por distintos motivos. Luego, dentro de doce meses, también se quedarán fuera de la ZBE aquellos con etiqueta B (gasolina previos a 2006 y diésel anteriores a 2015).
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El Ayuntamiento de Bilbao quiso hacer una regulación más ambiciosa que otros municipios donde únicamente se prohibió el acceso a los coches sin distintivo ambiental. Pero esa ambición también le ha obligado, para amortiguar el impacto, a idear una batería de moratorias y exenciones: a quienes tienen plaza de parking, a hosteleros, comerciantes, repartidores, taxistas... La casuística es muy amplia.
La cuestión es que todo esto supone un paso crucial en la revolución que lleva viviendo Bilbao en materia de movilidad desde hace años. Unos cambios que están llegando por el lado físico con medidas que van desde las sucesivas peatonalizaciones, semipeatonalizaciones y el ensanchamiento de aceras, hasta la ampliación de parkings como el del Ensanche o la construcción de uno nuevo en La Casilla para acoger a todos los coches que dejan de tener sitio en la calle para aparcar. También forma parte de toda esta estrategia el fomento de la bicicleta como medio de transporte, que eclosionó con la electrificación del servicio público Bilbaobizi y que se extiende a medida que se amplía la red de bidegorris.
Por el flanco normativo, la ZBE llega después de otros dos hitos cuya implantación fue bastante accidentada, generando mucho malestar entre la ciudadanía. Primero fue el control de accesos al Casco Viejo, en septiembre de 2022, con unas cámaras que aún hoy funcionan a medio gas, según el Ayuntamiento, y no funcionan para nada, según los comerciantes del lugar; lo que trajo aquella ordenanza fueron más restricciones que disgustaron especialmente a los negocios de la zona. Tras el estreno hubo que dulcificar la normativa y aún hoy se tiene bastante manga ancha con el asunto.
Luego, el pasado mes de diciembre, llegó la nueva OTA. Lo hizo tras un proceso prolongado y accidentado. La regulación se había presentado dos años antes, luego se aprobó en 2022 y se pospuso su aplicación hasta octubre de 2023. Tres días antes del momento señalado se canceló la implantación por fallos informáticos. Y finalmente llegó a mediados de diciembre. Pero lo hizo con fallos en la app y en los parquímetros. Fue una situación muy incómoda para todo el mundo, sobre todo para los usuarios. Lo que supuso todo aquello fue, entre otras cosas, terminar con la gratuidad para aparcar en el centro de la ciudad a mediodía, se suprimió la posibilidad de cancelar las multas a precio económico en los parquímetros y se modificaron las calles donde pueden aparcar los residentes.
Bueno, pues después de todo esto llega la ZBE como elemento crucial para avanzar hacia ese objetivo de cambiar una ciudad diseñada para los coches en otra donde el protagonismo sea para el peatón. Y que ese peatón, y la gente que vive por ahí, disfruten de un aire más limpio y de menos ruido.
Son los vehículos eléctricos de batería, los de autonomía extendida, híbridos enchufables con una autonomía de 40 kilómetros o de pila de combustible.
Los eléctricos enchufables con autonomía inferior a 40 km, híbridos no enchufables, los propulsados por gas natural, GNC, GNL o gas licuado del petróleo (GLP).
Turismos y furgonetas de gasolina matriculadas a partir de 2006 y diésel a partir de 2015. Vehículos de más de 8 plazas gasolina o diésel matriculados desde 2014.
Turismos y furgonetas de gasolina posteriores a 2001 y diésel a partir de 2006. Vehículos de más de 8 plazas, tanto diésel como gasolina, a partir de 2006.
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