Bilbao obligará a subastar licencias de taxi inactivas para mejorar un servicio desbordado

La falta de servicios provocó grandes aglomeraciones en el interior de los restaurantes entre usuarios que intentaron, sin éxito, encontrar un taxi que les trasladara a sus domicilios, hoteles o parkings. Muchos clientes no solo se quejaron de la imposibilidad de contactar con las asociaciones gremiales, sino que denunciaron también que algunas de las paradas más céntricas -como la de Alameda Recalde, situada junto al Hotel Carlton- estaban «desiertas».

Radio Taxi, la principal agrupación sectorial -agrupa a más de 500 asociados de una flota de 774 profesionales- hizo ayer autocrítica y reconoció que la «enorme cantidad de turistas» que recalan en Bilbao les ha «desbordado» y que en «picos de enorme actividad» les resulta «imposible» atender, «como quisiéramos, todo el trabajo que nos llega». Asumen que se enfrentan a una falta de relevo generacional y que «los conductores más jóvenes solo quieren trabajar de lunes a viernes», lo que explica, en gran medida, el bajo número de servicios existentes los fines de semana, especialmente en las franjas nocturnas. A eso se suma que los sábados y domingos solo trabajan la mitad de los taxistas.

Iñaki Pardo, responsable de Radio Taxi junto a Borja Musons, pone el foco en otro asunto «determinante»: solo en su asociación más del 10% de las licencias -algo más de medio centenar- están «paradas» y, por lo tanto, inoperativas» al pertenecer a jubilados, «o profesionales que están de baja», que desean traspasarlas a cambio de cantidades que rondan los 50.000 euros. «Nada que ver, en cualquier caso, con los 156.000 que pagué yo hace ya 17 años cuando me metí en esto», esgrime Pardo. «Estas cantidades son más bajas que las barajadas en Santander, Vitoria, San Sebastián o Burgos», concreta.

Frente a esta situación, el Ayuntamiento tiene previsto tomar cartas en el asunto e idear fórmulas para «mejorar» el servicio y sacar más vehículos a las calles. En ningún caso prevé resolver esta carencia con la concesión de nuevas licencias. «Esa posibilidad está descartada», confirmó ayer a este periódico Ignacio Alday, director del área de Movilidad. El Ayuntamiento obligará a subastar «desde finales de este mismo año» las licencias que se encuentran «inactivas» por un período de al menos cuatro años.

Alday afirma que los taxistas afectados «tendrán que aceptar sí o sí» esta fórmula. El Consistorio será quien fije, además, el precio de los permisos, que establecerá mediante un sistema «aún por definir». «Las licencias se venderán a coste de mercado», garantizó Alday. Las previsiones municipales apuntan a que el traspaso de estos permisos podría poner en circulación, «en el mejor de los casos», un centenar de taxis, cifra que de confirmarse ayudaría a aliviar enormemente las múltiples quejas ciudadanas por la calidad de servicio.

Los responsables municipales pretenden matar dos pájaros de un tiro y acabar también con la «especulación» que, a su juicio, rodea un negocio, cuyos profesionales intentaban rematar la jubilación con la obtención de importantes ingresos. En línea con la política de ayudas a un sector que vive una época dorada por el masivo turismo, el Ayuntamiento fijará ayudas de hasta 5 cinco euros por servicio a cada taxista que traslade en vehículos adaptados -37 taxis de estas características funcionan en Bilbao- a clientes con movilidad reducida.

Héctor Sánchez, gerente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia (AHB), cree que el Ayuntamiento debe «regularizar y analizar» el sector y «controlar» el número de licencias «por los enormes cambios que ha vivido la ciudad en los últimos años. Igual hace diez años eran demasiadas, pero igual ahora resultan insuficientes. Algo hay que hacer», argumenta.