Félix Huarte, presidente del Basurto, lleva más de 40 años en el mundo del fútbol. Esta mañana recordaba cómo arrancó al excalcalde Josu Ortuondo la promesa de un nuevo campo de fútbol en el barrio, cuando los equipos de la zona tuvieron que irse del ... de Garellano. «Le dijimos que sin otro campo no nos íbamos, y entonces nos prometió que iríamos de forma provisional al de Zorroza, y que después, en cuatro años, tendríamos un campo en Basurto». Así fue. El campo de Iparralde, inaugurado hace 21 años, es ahora la casa de más de 600 jóvenes deportistas de los clubes Basurto, Indautxu y Acero. Hace 10 años que el césped no se mejoraba y en verano, se ha colocado un césped artificial «de última generación» que el alcalde, Juan Mari Aburto, junto a otros concejales y miembros de la directiva de los tres equipos, han inaugurado esta mañana. Además, se han instalado nuevas porterías y banderines. En la banda contraria al graderío se ha habilitado una zona de calentamiento y se han mejorado elementos de evacuación de las aguas del campo y del riego. Y en este campo y en los de Artxanda, Errekalde y Mallona se han desarrollado labores para aumentar la seguridad y protección en las barandillas perimetrales de separación entre el público y jugadores, así como en las estructuras auxiliares de las porterías.
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El Ayuntamiento ha invertido cerca de 230.000 euros en mejoras en Iparralde que también «son mejoras en el barrio y para la gente que juega en el barrio», y esperamos que los deportistas de los tres «equipos históricos las disfruten y lo cuiden», ha apuntado el alcalde.
El césped artificial combinado de 60 milímetros sobre una lámina rellenada con una mezcla de arena y gránulos de caucho es «más acolchado» y cómodo para jugar. «Los chavales están super contentos porque en los dos últimos años se notaba algo defectuoso, había deterioro, ahora es más alcolchado, el bote del balón es mejor. Lo empezaremos anotar cuando empiece la liga en octubre, aunque ya hemos disputado un par de amistosos», expuso Uharte. El Basurto cuenta con seis equipos federados, dos por cada categoría, además de con otros equipos de fútbol escolar y suma cerca de 220 jugadores.
La nueva hierba requiere de menos mantenimiento y es más resistente, permitiendo que «se jueguen partidos los fines de semana de 9 de la mañana a 9 de la noche. Con pasarle un rodillo de vez en cuando y agua, ya está. Es un césped de primera», coincidía Koldo Bilbao, vicepresidente del Indautxu, que cuenta con 22 equipos y más de 400 jugadores. Ángel Basabe, presidente del Acero, un club centenario que cuenta con 25 jugadores, coincidió también en que la mejora era «muy necesaria para todos los chavales que juegan al fútbol, porque ya estaba muy estropeado.Ha quedado acojonante».
Lo bueno de este campo, explicaron los tres, es que siempre ha tenido un estupendo drenaje. «Con todo lo que llueve en Bilbao, solo se ha registrado un problema en 20 años. No es el típico campo en el que se forman charcos, como otros que hemos visitado en todos este tiempo», dijo Uharte. En estos tiempos de pandemia, el aforo del graderío se ha reducido hasta los 130 personas de las más de 400 butacas que tenía antaño. Lo que aún no pueden los jugadores es ducharse en los vestuarios. «La gente viene vestida de casa y se va a casa vestida, pero después del entrenamiento bajo la lluvia que no se puedan duchar pues es incómodo, porque sobretodo los pequeños se pueden poner malos. Es primordial que les dejen usar las duchas aunque entren de forma escalonada, es algo que ya se puede en otros ayuntamientos y que vamos a solicitar», expusieron los directivos de dos de los equipos.
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