La amenaza de los patinetes se diluye en Bilbao con solo 179 denuncias en 2021

No aclaran más. Ni en qué fechas hubo más incumplimientos, ni en qué consistieron éstos. Porque, hay que recordarlo, desde el 2 de enero de 2021, con la reforma del Reglamento de Circulación, tienen una consideración similar a coches y motos. Es decir, únicamente pueden utilizar la calzada. Ni las aceras, ni los bidegorris. Pero tampoco se puede usar el móvil, ni ir drogado, ni borracho.

En cualquier caso, sea cual sea la naturaleza de la infracción, las 179 denuncias son escasas. Es cierto que son más que las 105 del año anterior, 2020, pero éstas últimas eran algo testimonial, ocioso, porque no conllevaban sanción. El Ayuntamiento, ante el vacío legal, había elaborado en octubre de 2019 una instrucción que prohibía circular por zonas peatonales, pero la infracción no llevaba aparejada multa, así que la cosa se quedaba un poco como una anécdota.

«Preveíamos que el uso de vehículos de movilidad personal podría llegar a ser un problema», admite Álvaro Pérez, concejal adjunto de Movilidad y Sostenibilidad. De hecho, lo fue, y gordo, en grandes ciudades como Madrid, donde los servicios de alquiler deparaban, y deparan, espectáculos masificados en las aceras.

«En aquel momento, hace un par de años, los patinetes salieron como champiñones» y eso motivó la preocupación. «Pero a día de hoy no hay un gran volumen en la ciudad, ni se dan quejas ni problemas con ellos». En parte, el concejal socialista considera que es mérito del Bilbao 30, que al haber pacificado la circulación en las calles facilita la convivencia de coches y motos con patinetes y bicicletas. Sin embargo, los primeros «no se han consolidado» mientras las segundas siguen ganando usuarios. Es algo de lo que se felicitan mucho en el gobierno municipal.

También pudo ocurrir que estando prohibida y penada con 200 euros la circulación por zonas peatonales, muchos usuarios -reales o potenciales- de los patinetes hayan decidido recular y optar por otras formas de desplazarse, porque compartir asfalto con los coches da algo de miedo.