Bilbao derribará La Casilla para levantar un nuevo equipamiento y regenerar la zona

La intervención también contempla la regeneración urbana de la zona, dotando al entorno de más espacios peatonales y actuando también en Autonomía (en el tramo entre María Díaz de Haro y Gregorio de la Revilla).

La estrategia fue detallada por el alcalde, Juan Mari Aburto, acompañado por Asier Abaunza, concejal de Obras, Planificación Urbana y Proyectos Estratégicos, e Itxaso Erroteta, concejala de Juventud y Deporte. También estaba Fran Viñez, asesor de Alcaldía para Proyectos Estratégicos.

Lo que se pretende, en definitiva, es reinventar este trozo de ciudad. Y hacerlo de un modo parecido a como se hizo con la estación Intermodal, involucrando a la iniciativa privada. Esto es: se busca la manera de que una o varias empresas asuman el tajo, y que luego rentabilicen la inversión explotando el espacio multiusos, el parking y otros elementos que propongan poner ahí (algo por determinar). El polideportivo se integrará en la red de Bilbao Kirolak, pero también será gestionado por la concesionaria, aunque los abonados tendrán acceso como en cualquier otro equipamiento público.

¿Cómo hacer todo esto? Para definir el asunto, el equipo de gobierno dio luz verde a la apertura de un procedimiento de «diálogo competitivo» con el sector privado. De ahí saldrá «la definición del proyecto y la concreción de los detalles de su futura explotación», que, como en el caso de la Intermodal, «se prevé pase por un modelo de concesión de obra», avanzó Aburto.

Se ha optado por esta fórmula porque el reto es complejo y también muy caro. Así que hay que ver qué alternativas pueden resultar sugerentes para la iniciativa privada y, conjuntamente con ella, determinar cómo proceder, tanto en términos de financiación como de explotación. Una vez salga a licitación este proceso de diálogo, tendrá una duración de seis meses. De ese modo, el Ayuntamiento espera tener las conclusiones para este mismo año, y con ellas se podría licitar la concesión de obra pública, que implica que el adjudicatario desarrolla el proyecto constructivo (siempre con las bendiciones municipales) y luego lo ejecutiva. Es prematuro avanzar cuándo comenzará la obra, pero no es imposible que sea antes de que termine 2023.

En cualquier caso, el equipo de gobierno sí tiene claras varias cosas. Lo primero, «crear un polideportivo compacto y moderno en el centro de la ciudad, que sustituya al actual y recoja, mejore y amplíe la oferta deportiva existente», dijo Aburto. En él se plantea «un espacio de agua que deberá dimensionarse de acuerdo a la demanda y a la red de equipamientos próximos de ciudad», con lo que cabe esperar que no sea muy grande.

También habrá un pabellón con dos canchas longitudinalmente localizadas que permitan la ubicación de tres transversales en cada una de ellas, generando de este modo seis espacios de utilización simultánea. Además, se quieren salas polivalentes para actividades dirigidas y una sala fitness de parecidas características a la actual. Este nuevo polideportivo tendrá el mismo precio y condiciones de acceso que el resto de los municipales para el catálogo de servicios públicos.

En segundo lugar, el nuevo edificio funcionará como equipamiento multiusos para eventos «lúdicos y deportivos». Se harán, fundamentalmente, en el espacio principal del pabellón, donde las canchas. Y en plantas subterráneas estaría la construcción de un nuevo aparcamiento, junto al que ahora existe bajo la plaza, que es para residentes. El nuevo tendría espacio tanto de rotación como para vecinos de la zona.

La tercera pata de la revolución en esta parte de la ciudad es la regeneración urbana. «Dotar de mejor y mayor espacio público de uso peatonal tanto en la propia plaza de La Casilla como en sus calles aledañas es otro de los objetivos que persigue la estrategia», apuntó el alcalde.

De manera especial, se pretenden dar los primeros pasos para terminar con la tradicional «segregación» a la que condena Autonomía a los barrios del Sur. Esa frontera tan visible. Es cierto que la actuación definitiva en esta calle no llegará hasta que se cierre el anillo tranviario, porque la circulación de este medio de transporte lo condiciona todo. Sin embargo, frente a La Casilla ya está el tranvía, así que se puede empezar a actuar ya. El Ayuntamiento quiere dar «importantes pasos en la reflexión y definición de la futura renovación urbana».