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Sábado, 21 de octubre 2017
Al atletismo le va la noche bilbaína. Volvió a quedar demostrado ayer. Octava edición del Night Marathon, más de 11.000 atletas tomando las calles de la capital vizcaína y un regalo en forma de tres nuevos registros de la cita. Puro espectáculo en una ... edición inolvidable. Solo faltó un nuevo récord en el maratón masculino, pero la plusmarca parece inalcanzable por mucho que Eliud Too pusiera todo de lo suyo en una segunda mitad de carrera espectacular. Pero sí lo logró Mercy Jepkangor con 2.47.11, así como Maiyo y Chebet, que pulverizaron los cronos en el medio. Bilbao disfrutó una vez más con los fondistas africanos.
La versatilidad del Night Marathon es el secreto de su éxito. Tres carreras, tres pelotones en uno y la posibilidad de que atletas polulares que no están capacitados para completar un maratón puedan participar de la fiesta del atletismo en Bilbao disputando diez kilómetros o, los más preparados, hasta los 21 del medio. Así es como esta cita se ha hecho tal hueco en el calendario que a día de hoy arrastra a más de 11.000 corredores que acuden a la capital vizcaína desde casi todos los lugares de la península.
Desde una hora antes del arranque del maratón (20,30 horas), una marea humana se dirigía hacia San Mamés, el nuevo escenario de la salida que pasó con nota su incorporación al recorrido como punto de salida. Atletas de todo tipo y con los más variados objetivos cruzaban sus calentamientos, pero todos coincidían en un punto, disfrutar de la posibilidad que ofrece el Night Marathon de correr por los mejores escenarios de Bilbao de noche y con el aliento de miles y miles de personas. Una fiesta incomparable.
Con los fuegos artificiales que marcaron la salida el tema se puso serio, al menos en las primeras plazas del interminable pelotón que rodeó San Mamés para lanzarse después hacia la Gran Vía. Los atletas africanos dieron un paso al frente y tomaron el protagonismo, como suele ser habitual en la cita nocturna. Habría que esperar al primer paso por meta para empezar a aclarar posiciones, ya que los corredores de la Pirata, de diez kilómetros, de desviaron camino del Guggenheim. El mejor fue Marc Hurtado, discípulo de Martín Fiz que se mostró entusiasmado con su triunfo, lo mismo que la navarra Alejandra Arribas. Mientras el pelotón de los atletas más populares entraba procedente de la zona de Zubiarte, desde el paseo de Uribitarte arribaron los atletas del medio maratón, con un intenso sprint donde los problemas de espacio de Hassan Oubbadi, atleta afincado desde hace años en Bizkaia, fueron fatales en favor del keniano Kiptoo Maiyo. El y su compatriota Caroline Chebet establecieron una nueva plusmarca en los 21 kilómetros del Night Marathon, al convertirse en los primeros en bajar de 1.05 y 1.14, respectivamente.
Quedaban por llegar los grandes aventureros de la noche bilbaína, aquellos atletas que desafían a la mítica distancia de 42,195 kilómetros en una hora en la que el cuerpo está poco habituado para ser llevado al límite y donde la humedad y el viento junto a la Ría suelen ser duros enemigos. Al término del primer giro, el tiempo de los líderes era de 1.12, por eso a todo el mundo sorprendió que el keniano Eliud Too apareciera en la meta con un crono de 2.18.26. Lo bordó el keniano en la segunda vuelta, mientras Jepkangor sufría para establecer un nuevo récord.
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