El Gobierno vasco se plantea no hacer la pista de atletismo prevista en San Mamés

¿Estaba previsto? Sí. Así, en pasado. Porque ahora hay dudas. Desde el primer momento había suscitado ciertos recelos el utilizar un espacio así para instalar una zona de atletismo. Y ahora, en Vitoria se lo están replanteando. Según fuentes del Departamento de Cultura y Política Lingüística, donde se integra la gestión de Deportes, «en este momento se están analizando varias opciones concretas para dotar a ese espacio de un uso público, alternativas que no tienen que pasar necesariamente por un uso vinculado al atletismo».

Eso supone toda una novedad por dos motivos: el primero, por el previsible cambio de uso. Y el segundo, porque se retoma la idea de hacer algo ahí después de ocho años de parálisis y desinterés. Lo cierto es que desde Lakua ya se había admitido abiertamente al inicio de la presente legislatura que invertir en el bajo de San Mamés no era una prioridad, y se ha venido actuando en consecuencia.

Hasta ahora. Las mismas fuentes del Gobierno vasco revelan que «el objetivo es tomar una decisión definitiva para otoño» de este mismo año. Entonces, previsiblemente, se sabrá de qué otro equipamiento podrán disfrutar los bilbaínos en ese estadio que pagaron entre todos.

No obstante, a pesar de que quedan cosas en el aire, los ciudadanos han recibido el polideportivo con los brazos abiertos: «Llevaba un montón de tiempo intentando saber cuándo se iba a estrenar, era como una especie de secreto. Y al fin ha llegado el momento». Hablaba así, triunfante, Jesús Carbajo, jubilado y primer usuario que cruzó la puerta para entrar en la instalación después de que las autoridades la inaugurasen de manera oficial.

Con el polideportivo de San Mamés «completamos y modernizamos» la red pública, proclamó el alcalde. Además, Juan Mari Aburto se acordó de los vecinos de Basurto, que años atrás, cuando tanto se retrasó la obra y tantas dudas surgían sobre su futuro, fueron muy activos en la reivindicación de este equipamiento. «Queremos seguir generando espacios de mejora de la calidad de vida» en la ciudad, dijo. Además, el primer edil destacó que las instalaciones están equipadas con «los sistemas y maquinarias más novedosos del momento».

Con el de San Mamés ya son once los polideportivos que gestiona Bilbao Kirolak. En el nuevo centro se han invertido seis millones de euros y su elemento más representativo es la piscina de 50 metros, la más larga cubierta de la red municipal. Eso sí, cuenta con cuatro calles en vez de las seis que tienen el resto. Y durante la semana estará dividida en dos tramos de 25 metros por un puente móvil. El fin de semana se desplegará en toda su extensión.

Un espacio novedoso es el Prama, la «única sala de Bilbao con esta metodología», según cuentan en el Ayuntamiento. Se trata de un entorno de 175 metros cuadrados con capacidad para 34 personas que han de seguir secuencias de luces en el suelo y en la pared con movimientos de piernas y brazos. Es decir, se trata de ejercicios interactivos. También hay sala de fitkross, fitness, spa (con sauna, que es mixta y textil)... En total, 4.838 metros cuadrados donde podrán hacer ejercicio casi 600 personas al mismo tiempo. Aunque se trata de un polideportivo pequeño en comparación con los ya existentes, viene a cubrir una necesidad largamente demandada por los vecinos de Basurto, un barrio que está creciendo mucho debido a las nuevas promociones de viviendas y que, además, soporta la presencia un buen número de equipamientos públicos que generan gran movimiento de gente de paso: Termibus, el hospital de Basurto, el propio estadio de San Mamés... De hecho, y esto ya era conocido, el polideportivo no podrá abrir cuando haya partido en La Catedral por cuestiones de seguridad.

En cualquier caso, el centro deportivo es un nuevo activo para el barrio. Para animar a la gente a dar el paso de utilizarlo, desde ayer y hasta el día 31 de julio, y también durante la segunda semana de septiembre (del 9 al 13), tanto los abonados de Bilbao Kirolak como los usuarios ocasionales podrán participar en clases programadas de manera gratuita.

Con la inauguración de ayer se llega al final de un camino que ha sido bastante intrincado y polémico, y que tiene que ver con la inyección de dinero público en San Mamés. El estadio costó 218 millones de euros, de los que el Gobierno vasco, la Diputación de Bizkaia, Kutxabank y el Athletic pusieron, cada uno, 50. El Ayuntamiento arrimó el hombro con 18. Aquello fue muy contestado porque tanto dentro como fuera de Bizkaia había voces críticas que cuestionaban semejante inversión con cargo a presupuestos públicos. Incluso la Unión Europea puso la lupa en la operación.

Hubo muchas tensiones políticas, incluso presiones del PP al Gobierno de Patxi López para que se incluyesen equipamientos públicos que justificasen la implicación de las instituciones -tesis a la que Iñaki Azkuna se sumó gustoso-. Al final, así fue. Y el polideportivo que se estrenó ayer supone la materialización de todo aquello.