
Ver fotos
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Ver fotos
A última hora del lunes de la semana pasada, el Ayuntamiento de Bilbao informó de que había cerrado el mejor verano de su historia, con ... la llegada de 438.973 turistas entre junio y septiembre. Pese a experimentar un incremento cercano al 15% respecto al mismo periodo de 2019 y superar las cifras previas a la pandemia, los hoteleros y hosteleros expresaron serias dudas sobre la respuesta turística a lo que acontecerá de noviembre a marzo, los meses más sombríos del año, cuando se sucedan los grandes congresos y todo tipo de eventos musicales y deportivos.
Sin embargo, este puente de Todos los Santos ha despejado parte de esas interrogantes al conceder grandes alegrías a la restauración y hotelería. Animados por un tiempo veraniego, Bilbao ha dado la bienvenida desde el viernes a miles de viajeros, gran parte de ellos extranjeros, aunque en esta ocasión el peso de los nacionales ha sido ligeramente superior.
«Han sido unos días muy brillantes. No se puede pedir más. Hemos hecho grandes cajas», se felicita Boni García, dueño del popular Café Lago, de la calle Correo, con innumerables clientes, especialmente franceses, degustando sus afamadas rabas. «Con una temperatura tan excelente, esto parece Canarias», explicaba ayer al mediodía. Negocios de todo tipo han superado las expectativas, con una ocupación hotelera próxima al 80%, según fuentes del sector, en línea con los porcentajes registrados en los meses estivales.
En restaurantes y bares, en concesionarios de alquiler de automóviles, en tiendas dedicadas a la reparación urgente de móviles, en barcos de recreo que surcan la ría... rezumaban ayer una actividad inmensa desde primeras horas de la mañana. Había muchísimas dificultades para pillar mesa en el Casco Viejo y El Ensanche y largas colas hasta para comprar dulces en algunas de las pastelerías más populares de la villa, como La Suiza. Este puente ha confirmado el importante gasto realizado por los turistas que recalan en la capital vizcaína.
En el Perita, de la calle Diputación, los platos de gambas de Huelva corrían que daban gusto al ritmo de rumbas y sevillanas. «Tenemos muchísimo movimiento. No damos abasto», explicaba exultante René Jiménez, con su terraza «repleta de gente de mediana edad». En el pantalán de Pío Baroja se arremolinaba también un importante gentío para subir a las embarcaciones de Bilboats. En algunas no cabía un alfiler. El Bote Tours ha realizado los tres servicios diarios con más del 80% del pasaje cubierto. «El negocio ha estado muy bien, no nos podemos quejar», detallaba Juan Olabarria.
En la oficina de alquiler de coches Enterprise también han trabajado a tope estos días. «Nos han llegado bastantes clientes de Estados Unidos, Holanda, Francia y Alemania», detallaba David. La mayoría ha alquilado coches para tres días y «acercarse a Donostia».
Susana Martínez, la propietaria del Cubita de Colón de Larreátegui, ha cerrado estas jornadas «con llenos día y noche» y abundancia de comensales de Vitoria y Pamplona. Y más porque no ha podido, ya que ha tenido que rechazar muchas solicitudes. «Ha sido una lástima no poder dar de comer a más gente. Me han llamado de todos los hoteles pidiendo mesa», lamentaba. «No paramos. Esto es increíble», reconocía una camarera del Abando. En medio de este frenesí consumista, algunos turistas se quejaron por el cierre generalizado de prácticamente todo el comercio. «Vine hace dos años y pasó lo mismo. Es una pena no poder comprar nada», remató Nuria Font.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.