Bilbao la Vieja estrena el laboratorio donde quiere diseñar un mundo mejor

Como prueba de que el proyecto es ambicioso está la densidad de autoridades que tomaron parte en la inauguración, que tuvo lugar este lunes: estuvo el lehendakari, Iñigo Urkullu, el diputado general, Unai Rementeria, el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto y el presidente de BBK, Xabier Sagredo por el lado institucional. Pero también el presidente de Kutxabank, Gregorio Villalabeitia; el del Athletic, Aitor Elizegi; el director del Museo de Bellas Artes, Miguel Zugaza; el líder jeltzale Andoni Ortuzar... Todos dieron la bienvenida a una iniciativa que parte con el gran reto de hacer aterrizar los planteamientos tan elevados que recogen los 17 ODS de la ONU: desde poner fin a la pobreza en el mundo hasta terminar con el hambre, promover la salud, garantizar una educación inclusiva o fomentar la sostenibilidad ambiental.

Como casi todo lo que llega de la ONU, los enunciados son tan indiscutibles como vaporosos por genéricos. Así que darles cuerpo se presenta como algo vital. La idea de BBK Kuna (La Casa de los ODS le han llamado) es facilitar un lugar de encuentro donde la ciudadanía, las empresas, las administraciones públicas, las universidades y los centros de investigación trabajen de manera conjunta para generar proyectos que nos acerquen a un mundo mejor. Actuando, eso sí, desde lo local. La máxima es «aportar soluciones para que nuestra sociedad sea más justa, equitativa y sostenible». Y la vocación, convertirse en un referente a nivel internacional.

Entre las primeras iniciativas que tendrán lugar en la Casa Cuna está lo que se ha denominado 'bootcamps', una formación que hasta ahora se impartía en la Sala BBK y se desplaza a Bilbao La Vieja. Se trata de cursos de doce semanas para distintos perfiles de personas a las que se les forma en programación digital y ciberseguridad con un alto nivel de integración laboral.

Urkullu deseó que en este entorno surja el germen de «propuestas transformadoras», que es lo que «realmente necesitamos» para generar «respuestas integrales» a los grandes retos del planeta. El lehendakari apuntó hacia la «autocomplacencia» como gran amenaza ante el cambio necesario, que en todo caso necesita de «alianzas, cogobernanza, gobernanza colaborativa...». Esos contactos son los que pretende engrasar BBK Kuna.

El alcalde Aburto, por su parte, agradeció que la iniciativa se desarrolle en Bilbao la Vieja, un trozo de ciudad que se ha vuelto «moderno y bullicioso» con el paso de los años, elegido «por quienes vienen a nuestra ciudad para tener una vida mejor». «Os pido que abráis las puertas de BBK Kuna a los vecinos y nos ayudéis a mejorar y potenciar esta zona de la ciudad». También se refirió a poner «los valores en la base de nuestras actuaciones, porque sin valores no hay nada», y a la importancia de otro de los elementos distintivos de BBK Kuna: la colaboración público-privada a la hora de buscar soluciones.

El presidente de la fundación BBK, Xabier Sagredo, dejó clara la importancia del reto porque «de nosotros dependen las generaciones futuras, si nos hundimos o salimos a flote». Llamó la atención sobre el fomento de la «competitividad sostenible» en la aproximación al horizonte de la agenda 2030.

Para pilotar todo esto está Eider Inunciaga, directora de BBK Kuna. Antes fue directora de cooperación al desarrollo en la Universidad de Deusto y formó parte de la lista de Aburto en las últimas elecciones por el PNV.