Los bilbaínos regresan a las piscinas: «Es el mejor plan del mundo»

La cuadrilla de Aritz Caballero, de doce años, ha sido la primera en bañarse en la piscina exterior de Txurdinaga. Esperaban un día como el de hoy desde hace tiempo, ya que para ellos pasar jornadas maratonianas en este polideportivo «es el mejor plan del mundo». Llegan a primer hora, despliegan sus toallas, comen un bocata y marchan «cuando nos echan». Estos meses han salvado los días calurosos en la playa, «pero está lejos y no es lo mismo».

La opinión la comparte Marta Saugar, que «por fin» ha podido llevar a sus hijos esta mañana al polideportivo de Txurdinaga. «Ha sido un fastido, con críos pequeños es el plan más accesible y cómodo», explica para después matizar que su hijo de once años «no paraba de preguntarme si los sindicatos habían llegado a un acuerdo». «Hemos intentado presionar con reclamaciones a Bilbao Kirolak. Entendemos a los trabajadores y que tienen que luchar por sus derechos», añade en referencia a la huelga de los operarios de mantenimiento que ha mantenido las piletas cerradas.

Yasmin Aflatuni, una finlandesa de 30 años, se ha acercado con su hijo de ocho meses a la piscina exterior de Txurdinaga. «Es la segunda vez de su vida que se baña», explica para después matizar que la primera fue hace cuatro meses en una de las piletas interiores del polideportivo. Entonces, llegó la huelga y desapareció cualquier oportunidad de disfrutar con un chapuzón. «Vengo de una familia de nadadores y para nosotros que estos lugares estén abiertos es fundamental», cuenta. ¿Y qué han hecho durante todo este tiempo? «Pues hemos comprado una piscina hinchable para los días más calurosos».

Merche Basterretxea llegaba esta mañana al polideportivo de Txurdinaga victoriosa junto a sus cuatro nietos. «¡Por fin! Después de todo el verano sin piscinas. ¡Al fin lo hemos conseguido», exclamaba. «Nos hemos arreglado mal durante este tiempo, ninguna de las alternativas nos convencía», contaba. «Si íbamos a las piscinas de Zamudio, había huelga de jardineros. Si apostábamos por la playa, estaban las medusas esas. Vaya meses hemos pasado».