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Los bilbaínos están orgullosos de serlo, valoran su calidad de vida y tienen confianza en el futuro de la ciudad. Pero no están tranquilos. Al menos, no tanto como lo estaban hace un par de años. El 45,2% de los vecinos de la villa ... admite que, a veces y a ciertas horas, percibe que su barrio es peligroso y le da miedo salir. Es cierto que el restante 54,8% asegura que anda tranquilamente por la calle a cualquier hora. Pero también lo es que este último porcentaje ha bajado diez puntos en sólo dos años, porque a finales de 2015 los absolutamente despreocupados representaban el 64,1%.
Los datos de 2017 están en el Observatorio Urbano de los barrios de Bilbao, que presentó ayer la concejala coordinadora de Alcaldía, Gotzone Sagardui. Se trata de un estudio «riguroso» elaborado por la Universidad de Deusto que «nos permite hacer un diagnóstico preciso tanto de los puntos débiles de la ciudad como de sus potenciales».
El punto débil es la seguridad. O, al menos, la percepción de seguridad. Y eso que las 1.200 entrevistas presenciales en las que se basa el estudio están realizadas entre octubre y diciembre de 2017. Es decir, antes de sucesos como el homicidio de Ibon Urrengoetxea en pleno corazón de la ciudad; o las muertes de Rafael y Lucía, el matrimonio octogenario de Otxarkoaga, a manos de unos adolescentes cuando estaban en su domicilio. Unos sucesos que han incrementado aún más la sensación de inseguridad, como admitió a finales de enero el propio alcalde, Juan Mari Aburto.
En cualquier caso, ya antes de todo esto la gente empezaba a sentir que algo estaba cambiando. La pregunta del Observatorio presentado ayer era: «Habitualmente, ¿tiene la sensación de que su barrio/área de residencia es una zona peligrosa, o le da miedo por ejemplo pasear a partir de determinadas horas de la noche?». Como queda dicho, la mayoría de los encuestados respondió que «no, para nada». El 39,9 dijo que «sí, a veces». Y el 5,3% contestó que «sí, mucho, siempre creo que me puede pasar algo». Como siempre, la peor parte se la llevan las mujeres porque entre ellas este temor constante sacude al 7,2% (frente al 3,2% de los hombres que viven con miedo casi todo el tiempo).
Ante este estado de las cosas, los grupos municipales han reaccionado a una. Hace diez días el equipo de Gobierno logró que la oposición en pleno respaldase el Pacto por la Seguridad, un acuerdo inédito con 35 medidas que pretenden poner coto a la delincuencia. Y, además, aumentar la percepción de seguridad. Esto último es importante porque el miedo (fundado o infundado) influye de manera determinante en los estados de ánimo. Para conocer la evolución de esta variable, una de las iniciativas del Plan es realizar un sondeo cuatrimestral que mida la percepción de la seguridad por sexos, edades y barrios.
Entorno acogedor. Los encuestados dan un notable alto a la calidad de vida en el conjunto de Bilbao.
Buenas sensaciones. «La ciudadanía describe a la villa como atractiva, igualitaria, creativa, tolerante y hospitalaria» .
Escepticismo. La oposición considera que el Gobierno municipal mantiene una postura «autocomplaciente».
Hasta aquí, la principal llamada de atención del Observatorio, el punto sobre el que es más importante mejorar. Pero el estudio también ha ofrecido muchos datos para alimentar la autoestima de la ciudad. Así, todos los barrios aprueban en la valoración de su calidad de vida. Otxarkoaga, en el que los vecinos están menos satisfechos, lo hace por los pelos, con una nota de 5,2, mientras que Ciudad Jardín-Uribarri es la zona donde la gente cree que vive mejor, y se dan un notable alto, un 7,85. La media en todos los barrios es 6,86. Eso sí, si se pregunta a los vecinos por la calidad de vida de la ciudad en general, entonces la valoración media sube a 7,59. «La explicación es que somos mucho más críticos con lo que más conocemos», explicó Jon Leonardo Aurtenetxe, catedrático de Sociología y encargado de elaborar el estudio.
Desde el Gobierno municipal incidieron en que «la ciudadanía describe la villa como atractiva, igualitaria, sostenible, participativa, creativa, multicultural, tolerante, abierta, dinámica y hospitalaria». Un buen lugar para vivir. Los ámbitos con más margen de mejora, aparte de la seguridad, son aquellos atributos urbanísticos derivados de la propia condición de ciudad: la contaminación acústica, el tráfico, la falta de aparcamiento... Pero, pese a ello, la ciudadanía valora con una nota de 6,22 sobre 10 los equipamientos públicos de Bilbao. Y también considera que la convivencia se mantiene en «parámetros relativamente positivos», en el 6,76, dijo Aurtenetxe.
Los grupos de la oposición no se lo creyeron mucho. Luis Eguiluz, portavoz del PP, considera que el Observatorio no refleja los problemas de ruido que se dan «en Abando e Ibaiondo», y tampoco tiene en cuenta los hechos delictivos de los últimos meses. Carmen Muñoz, de Udalberri, acusó al equipo de Gobierno de «autocomplacencia» y apreció que la villa «está estancada, porque no ha mejorado la percepción de la ciudadanía» en la mayoría de las variables. «De autocomplacencia, nada», replicó la concejala Sagardui, quien recordó que «se trata de las percepciones» de los vecinos.
Para Aitziber Ibaibarriaga, de EH Bildu, «las conclusiones que se extraigan de todos estos datos dependerán de las gafas con las que se miren». A su juicio, hay diagnósticos que «se corresponden con lo que vemos, y otros no». Pero el más crítico fue Samir Lahdou, portavoz de Goazen, quien no dio credibilidad al estudio: «¿Cómo puede ser que Uribarri, un barrio con todo cuestas y casi sin transporte, sea el que más valora su calidad de vida?, ¿por que arcoiris hay que pasar para llegar a ese Bilbao de fantasía?».
El Ayuntamiento de Bilbao ha salido un año más reforzado en el Observatorio de Barrios y su gestión roza el notable. En concreto, los administrados le dan a la gestión municipal una nota de 6,82 sobre 10. Tiene sentido si se considera que el 86% de los encuestados valoran que la ciudad ha mejorado en los últimos ejercicios, mientras que únicamente el 3,6% cree que ha ido a peor. Un impulso este que será aprovechado en el futuro, ya que también es mayoritario el grupo de personas que vaticina un aumento de la proyección internacional de Bilbao; en concreto, el 67% de los vecinos cree que será así.
Uno de los principales activos con los que cuenta una ciudad que aspira a ser referente en sostenibilidad es el transporte público, que recibe una nota de 7,65. Es verdad que lleva tres años a la baja, desde el 7,89 que logró en el informe de 2014, pero la variación es mínima y mantiene una calificación buena. «El 87% de la gente se desplaza o a pie o en transporte público», destacó el responsable del estudio, y en este ámbito «sí se ha dado un vuelco» en los últimos tiempos propiciado por las mejoras en las infraestructuras.
Hay ciertos aspectos en la radiografía de los bilbaínos que llaman la atención. Por ejemplo, los hombres practican mucho más deporte que las mujeres, incluso entre los de la franja de edad entre 16 y 30 años (74% ellos y 58% ellas). Además, y tras las polémicas del año pasado sobre turismofobia, la inmensa mayoría de los bilbaínos (72%) no considera que haya rechazo alguno hacia los visitantes.
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