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Me gusta mucho, por elegante y musical, el apelativo con el que algunos medios de comunicación se han referido al equipo ganador de la Supercopa: 'el Athletic de la trompeta'. Asier Villalibre es, por tanto, el responsable del gol del empate y también de este ... aire 'cool' -por cierto, 'cool' es además el nombre de un envolvente estilo de jazz- del club rojiblanco. Al parecer, esta victoria ha venido a insuflar ánimo entre los vizcaínos aficionados al fútbol, es decir, entre los vizcaínos. A mí el asunto de la trompeta me ha puesto de buen humor porque me ha recordado a aquel joven que se acercó a Honoré de Balzac, preocupado porque no encontraba un título para su libro. Balzac le preguntó si en su obra aparecían tambores. El joven, desconcertado, le respondió que no; después, le preguntó si aparecían trompetas y el joven le dijo que tampoco. «Pues no sé qué dificultad tiene usted -concluyó Balzac-, su libro debe titularse Sin tambores ni trompetas.»
En efecto, a veces, las cosas son así de sencillas, y yo espero que, con esa misma sencillez, la buena noticia de esta victoria futbolística aplaque los ánimos de aquellos que el pasado fin de semana se mostraban levantiscos y soliviantados con las medidas restrictivas que todos soportamos. Tengo la impresión de que determinadas actitudes se estaban extendiendo -yo también escuché silbidos contra la Policía Municipal en mi pueblo a la hora del cierre de los bares-. El paso del tiempo, en fin, ofrece argumentos de todo tipo. La mezcla de desánimo, frustración y rebeldías que confunden no ponerse la mascarilla con la lucha por los derechos civiles, por ejemplo, es inquietante. Así que vamos a dejarnos arrullar por la trompeta de Villalibre -qué hermoso apellido- porque la música calma a las fieras, aunque despierte a los leones. No creo, en todo caso, que sea necesario recordar que la trompeta, dependiendo de la ocasión, puede sonar muy triste (que pase, de lo contrario, Miles Davis), y que es mejor prevenir que curar. Disfrutemos, pues, de la alegría y que se contagie el buen ánimo.
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