Elixabete Etxanobe, en el centro, con Ignacio Fernández, Joseba Segura, Leixuri Arrizabalaga y Alberto Santana

La basílica de Begoña será «excavada hasta la roca madre» en busca del primer poblado de Bilbao

El proyecto Begoña/VECVNIA, impulsado por el Obispado y la Diputación, durará un año y se hará por fases, para que la iglesia siga abierta al culto

Jueves, 9 de mayo 2024

«No sabemos lo que vamos a encontrar, pero sí lo que estamos buscando». Así comenzó Alberto Santana, historiador y jefe de Servicio de Patrimonio Cultural de la Diputación de Bizkaia, su presentación del proyecto Begoña/VECVNIA, la ambiciosa intervención arqueológica que, durante un año ... y con un presupuesto de 1,2 millones de euros, supondrá la excavación de todo el interior de la basílica de Begoña «hasta el fondo, hasta la roca madre». ¿Qué es lo que se busca? Las raíces del poblamiento de Bilbao. En concreto, los restos de Vecunia, un asentamiento indígena romanizado que probablemente se alzó en este lugar. Será un viaje arqueológico en el tiempo de más de 2.000 años.

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La intervención no afectará al funcionamiento del templo como tal. La basílica seguirá abierta al culto y a las visitas, «y las eucaristías y otros actos religiosos seguirán realizándose con los horarios habituales», según dijo Ignacio Fernández, párroco de la basílica. Ello será posible porque la excavación se va a realizar en cuatro fases correspondientes a otras tantas zonas de la iglesia, tal y como detalló Santana.Los cerca de 1.100 metros cuadrados del área del templo se han repartido en cuatro zonas. La primera, por donde empezarán los trabajos en unas tres semanas, cubre toda la nave derecha. La segunda zona es la nave izquierda completa. Excavada esta, los arqueólogos pasarán al presbiterio (la zona del altar) y, por último, a los tres primeros tramos de la nave central, desde la entrada principal. Mientras se desarrollen los trabajos, cada una de las zonas afectadas «se aislará visual y acústicamente».

El proyecto es fruto de un acuerdo entre la Diputación vizcaína y el Obispado de Bilbao, instituciones que estuvieron representadas ayer por la diputada general de Bizkaia, Elixabete Etxanobe, y el obispo de Bilbao, Joseba Segura, que estuvieron acompañados en la presentación, realizada en el atrio de la iglesia, por Leixuri Arrizabalaga, diputada de Euskera, Cultura y Deporte, además de Santana y Fernández.

El historiador subrayó que la excavación, que se realizará con el apoyo de equipos del Arkeologi Museoa, «es un proyecto muy ambicioso». «Lo vamos a hacer levantando la integridad del pavimento y el suelo del interior de la basílica. Y vamos a llegar hasta las entrañas del templo, hasta la roca madre», subrayó.

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Aunque no se sabe lo que habrá «en el fondo», sí se puede asegurar que lo primero con lo que van a toparse los arqueólogos será «un gran cementerio. Un cementerio que tiene poco más de 500 años de antigüedad». Serán centenares de tumbas, dispuestas en forma de cuadrícula, en lo que se conocía como 'encajonamiento'. «Muchas de ellas estarán ocupadas por varias generaciones de la misma familia», enterradas unas sobre otras. Aparecerán «debajo de losas o de tablas de madera, de tapas y cubiertas». No se sabe en qué estado. Hay que tener en cuenta que durante el siglo XIX Begoña sufrió los efectos de tres guerras, «desvalijamientos, incendios, bombardeos, derrumbes... Todo esto puede estar en las primeras capas que descubramos».

En un segundo nivel subterráneo aparecerá una iglesia más pequeña, «que estuvo en pie, hasta aproximadamente el año 1510. Una iglesia humilde, probablemente románica, anterior a la fundación de Bilbao». El 'tercer piso', «en los niveles que casi con toda certeza vamos a encontrar», habrá otra iglesia anterior. Un templo prerrománico con más de mil años de antigüedad.

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En territorio desconocido

A partir de este punto, «entraremos en 'terra ignota', en un territorio desconocido. Buscamos a los vecunienses». En 2003, el arqueólogo Mikel Uzueta planteó que «con toda probabilidad existió una entidad básica de poblamiento que a partir de un grupo gentilicio prerromano se consolidó en época romana como una 'civitas' denominada Vecunia». Según Santana, «posiblemente el emplazamiento de esa pequeña capital tenía que estar en Begoña». «Será una aldea del tiempo de la mano de Irulegi», comentó.

«Vamos a buscar esa Vecunia, que es un poblado indígena romanizado, que aprendió a hablar latín hace 2.000 años y que construía obras públicas». Como el camino junto al que, en el siglo XVII, el erudito jesuita Gabriel Henao encontró y leyó el epígrafe 'los vecunienses construyeron esto'.

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Finalizada la excavación arqueológica de cada fase, se prevé reponer el pavimento afectado y, en función de los resultados de la investigación, también se contempla la instalación de una subestructura ligera para apoyar un pavimento flotante que permita el acceso al espacio subterráneo en el futuro. «Sería algo parecido a una cripta arqueológica como la que tiene la catedral de Barcelona», apuntó Santana.

«Los vecunienses construyeron esto»

El obispo de Bilbao, Joseba Segura, citó la obra del sacerdote, historiador y profesor de la Universidad de Deusto Andrés de Mañaricúa para recordar que el culto a la Amatxu de Begoña se remonta a la alta Edad Media y que muy probablemente hubo santuarios anteriores al templo actual. Mañaricúa «no entró en el análisis de lo que pudo haber en esta colina antes de las iglesias conocidas. Tampoco entró a ver o a analizar si pudo haber anteriormente incluso algún espacio sagrado precristiano. En la actualidad ni siquiera tenemos consenso en torno al origen o significado del nombre de Begoña», añadió el obispo. «Las lagunas de nuestro conocimiento acerca de este lugar y de tantas cosas que han sucedido aquí en tiempos anteriores nos invitan a hacer un esfuerzo por investigar y por intentar esclarecerlos», consideró Segura. Para poner en contexto la intervención arqueológica en la basílica, la diputada general recordó la inscripción en latín que el jesuita vallisoletano Gabriel Henao recogió en sus 'Averiguaciones de las antigüedades de Cantabria, enderezadas principalmente a descubrir las de Guipuzcoa, Vizcaya y Álava', publicadas a finales siglo XVII. Era un epígrafe localizado en Loiu, «en el camino que va de Bilbao a Gatika», que decía 'Vecunienses hoc munierunt', una frase que se puede traducir como 'los vecunienses construyeron esto', en referencia al camino que, al parecer, se abría paso a través de unas rocas.«Arqueólogos e historiadores «se vienen preguntando quiénes fueron los vecunienses. Y sin una respuesta clara, la principal hipótesis es que eran los habitantes de un importante poblado indígena llamado Vecunia», planteó Elixabete Etxanobe. «Este, que podría ser el primer asentamiento humano de lo que hoy es Bilbao, se convertiría en una ciudad en época romana. Los historiadores tienen serios indicios de que la basílica de Begoña se podría haber levantado sobre aquella antigua ciudad de Vecunia», nombre del que derivaría el de Begoña.

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