El 'no' de Barakaldo puede llegar al Consejo de Ministros

Aunque la última decisión corresponde al Gobierno central, es el Ejecutivo vizcaíno el que evalúa el impacto ambiental de la VSF, y hasta en tres ocasiones se ha decantado ya por la alternativa del viaducto. Defiende, entre otras cuestiones, que construir bajo el río Castaños supondría un riesgo para el pez espinoso, una especie protegida que habita en la zona.

Aunque el Gobierno central aprobó la Declaración de Impacto Ambiental de la VSF el pasado abril teniendo en cuenta el criterio de la Diputación, a Barakaldo aún le queda un último cartucho. El Ayuntamiento tiene un plazo de dos meses para presentar un escrito de oposición al proyecto. Salvo que los argumentos municipales sean mucho más contundentes que hasta la fecha, se trata de un trámite. Las fuentes consultadas señalan que es «casi imposible» que el proyecto vuelva a retocarse, pero la tramitación administrativa se alargaría.

Si Barakaldo no presenta nuevas objeciones la aprobación del estudio informativo en Madrid, último paso antes de la fase constructiva, la realizará el Ministerio de Transportes con mayor agilidad. Si el Ayuntamiento se presenta como afectado, el asunto tendrá que ser elevado al Consejo de Ministros para que sea dirimido y costará un poco más que se incluya en el orden del día. Consistorios de Rioja Alavesa siguieron este proceso para expresar su rechazo al trazado del AVE entre Burgos y Vitoria, pero el proyecto no se detuvo.