Alfredo Retortillo no ha podido cumplir la difícil misión que le había encomendado el PSE: recuperar el feudo de Barakaldo que hace cuatro años le arrebató el PNV. El exconsejero de Turismo del Gobierno vasco dice que no ha sido por deméritos propios o de ... su partido, sino por la propia habilidad de los jeltzales para hacerse con el voto conservador. Advierte también que ni se le pasa por la cabeza dimitir.
- ¿Ha digerido ya los resultados del domingo?
- Sí, sí, por Dios. Los digerí el mismo domingo por la noche. Están digeridos y analizados.
- Pero usted se veía ganador.
- Albergaba expectativas, porque el resultado de las generales, en las que el PSE quedó por delante en Barakaldo, podía anticipar que la competición en estas municipales iba a estar más reñida. Pero el PNV ha sabido acumular voto de un modo más estable.
- ¿Cuál ha sido la clave?
- El PNV ha sabido constituirse en el valor refugio del voto conservador. El PSE ha mejorado los resultados que en 2011 dieron la alcaldía a Tontxu Rodríguez, porque hemos ganado mil votos. Pero la gran diferencia es que el PNV desde entonces ha subido mucho.
- ¿Cabe hablar más de fracaso de Retortillo o de éxito de Amaia del Campo?
- No sé si cabe hablar de algo personal o general, porque estos resultados no disienten del resultado global del PNV en Euskadi, sobre todo en Bizkaia. La deriva del PP en los últimos años ha encontrado valor refugio en el partido nacionalista, que también ha recogido voto útil de EH Bildu y eso le ha dado un gran resultado en Barakaldo. Agrupar todo eso es un éxito para el PNV.
«La deriva del PP en los últimos años ha hallado un valor refugio en el partido nacionalista»
- Aunque el PSE ha ganado votos, la brecha con el PNV ha crecido. ¿Qué ha fallado?
- Más que fracaso del PSE o mío como candidato, hay que hablar de éxito del PNV. No hemos sabido hacer para la izquierda lo que el PNV ha hecho en el campo conservador. No hemos logrado atraer más voto de la izquierda. Yo tenía claro que en esta elección la disputa era entre PNV y PSE, y decidir si la alcaldía iba en una dirección u otra dependía de acumular el voto de la izquierda en el PSE, y no ha pasado. Para el PNV ha funcionado a la perfección.
- En otros municipios de la Margen Izquierda, e incluso en Bilbao, no se ha dado ese problema. ¿Por qué sí en Barakaldo?
- Por lo que le digo. Hemos sumado voto y no escaño, porque el PNV ha subido muchísimo más. Lo que ya había pasado en otros momentos, por ejemplo en Santurtzi o en Bilbao, que es el despegue del PNV, en el caso de Barakaldo ha ocurrido ahora. El proceso ha sido similar, pero más tardío.
- ¿Se arrepiente de haber dejado el Gobierno vasco?
- En absoluto. ¡Como si la política local fuese una cosa menor! Cuando me propusieron la candidatura tomé la apuesta con ilusión. Que pensaran en mí ya era un honor, y lo decidí con todas la consecuencias. Obviamente te presentas con el objetivo de ganar, pero eso no puede determinar tu compromiso, y en absoluto me arrepiento.
- ¿Ha pensado en dimitir?
- ¿Ahora? No, no, no. Tengo un compromiso con los más de 13.000 electores que me han votado y se merecen un respeto. Si yo creyese que el resultado que hemos tenido es un fracaso o que se ha producido por mi culpa podría plantearme dimitir, pero no considero un fracaso el hecho de no haber ganado. Ni se me pasa por la cabeza abandonar ahora.
«El resultado de las generales podía anticipar que la competición iba a ser más reñida esta vez»
«Compromiso para 4 años»
- ¿Se ve cuatro años en la oposición?
- Sí, claro. Trabajar por Barakaldo es el conjunto del Ayuntamiento, sea como alcalde o como concejal de la oposición. Mi compromiso es para cuatro años en la posición que esté, donde me corresponda.
- Dada la tensa relación que socialistas y nacionalistas han mantenido en la última legislatura, no parece fácil reeditar un pacto de gobierno.
- La propia competición electoral puede llevar a la idea de que la política consiste en seguir batallando luego, pero el objetivo de las elecciones no es solo competir entre partidos, sino constituir instituciones y gobiernos. Y una premisa básica para enfrentar el futuro es dar estabilidad a las instituciones, aunque no a cualquier precio. El momento electoral ha pasado y ahora las instituciones deben hacerse responsables de sus propias actuaciones, sobre todo las que afectan a la vida cotidiana. Por tanto, situaciones de bloqueo o de miras cortas de competición entre partidos que afecten a instituciones son un gravísimo error.
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