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La bandera ambar ondea en la playa de Gorliz. Pedro Urresti
La bandera ambar de aforo alto ondeó 300 veces en las playas vizcaínas

La bandera ambar de aforo alto ondeó 300 veces en las playas vizcaínas

La Diputación ha presentado este viernes el balance de una temporada en la que hubo cierres de arenales porque estaban llenos una veintena de días

Alba Cárcamo

Bilbao

Viernes, 9 de octubre 2020, 12:07

La Diputación ha hecho público este viernes el balance de la temporada de playas vizcaína. Fueron tres meses y medio en los que, de acuerdo a la encuesta realizada a pie de arenal, los hábitos de los asistentes, pese a la pandemia, apenas sufrieron alteraciones. Aunque sí que se tuvieron que tomar medidas extraordinarias para salvaguardar la seguridad. En ese sentido, la bandera ámbar, la que alertaba de que el aforo era elevado, ondeó en alrededor de 300 ocasiones.

En la mayoría de los casos, ha explicado la diputada de Sostenibilidad y Medio Natural, Elena Unzueta, el Servicio de Prevención de Accidentes, Socorrismo y Asistencia (el mejor valorado con un 9,81), izó esa señal «en días soleados con pleamar». En colaboración con los ayuntamientos, se procedió al cierre de playas para evitar el acceso de más personas en una veintena de jornadas diferentes, sobre todo en julio (nueve días) y en agosto (seis), cuando uno de los días (el 19) se impidió el paso de nuevos usuarios hasta en nueve zonas. También el 13 de septiembre hubo que frenar la entrada en nueve.

Y es que el buen tiempo y la incertidumbre de cara a organizar unas vacaciones fuera ha hecho que los vizcaínos disfruten más de sus recursos naturales. Además, se sintieron seguros tanto en el agua (el 77,9%) como en la arena (74,9%). De esta manera, el 58,9% de los participantes en el sondeo aseguró haber acudido con la misma frecuencia que en pasados veranos, y el 12,9% afirmó haber ido más.

El recuento de los socorristas deja una afluencia de 2,7 millones de personas. Los datos del pasado año reflejan un 6,48% más, si bien en 2019 la temporada comenzó 15 días antes, el 1 de junio. De ahí que, probablemente, si las dos campañas hubieran durado lo mismo, la asistencia de este 2020 sería mayor. De hecho, la primera quincena de junio, cuando los arenales no estaban oficialmente abiertas, los ayuntamientos tuvieron que tomar medidas como cerrar parkings próximos a la costa, suspender servicios de transporte público porque no podían controlar la avalancha de bañistas e incluso impedir la estancia en toallas y destinar estas zonas de esparcimiento solo a los bañistas. Y la segunda quincena, ya con cifras de la Diputación, se acercaron hasta las playas vizcaínas 448.647 personas, más que durante todo septiembre (418.263), un mes con peor tiempo.

Las más frecuentadas fueron las más próximas al Gran Bilbao, como Ereaga (327.206 personas), La Arena (306.632), Gorliz (262.275), Arriatera-Atxabiribil (226.651) y Plentzia (221.040). En líneas generales, se sigue apostando por espacios próximos al domicilio (el 40,5% eligen una playa u otra por la cercanía) y ha crecido el número de personas que van andando (de un 24,6% a un 31,2%). El coche, eso sí, es la principal opción pese a haber disminuido de un 53,9% a un 51,3%.

Más tiempo del recomendado

Los que se desplazaron hasta el litoral lo hicieron por más tiempo del recomendado. La entonces consejera de Salud, Nekane Murga, repitió casi en cada comparecencia que no se permaneciera «más de dos o tres horas» para evitar el colapso de los arenales. Sin embargo, la media fue de 3,67 horas (en 2019 de 4,25). «Es la diferencia más notable en lo vinculado a los hábitos de los usuarios», ha destacado Unzueta, que ha precisado que «los encuestados comentaban que se quedaban más tiempo los días en los que no había mucha gente».

Pese a que había más normas que cumplir –como utilizar mascarilla si no se puede guardar la distancia de seguridad, por ejemplo–, «el número de incidencias ha sido inferior al de otros años, aunque algunas de ellas se han podido deber a estas situaciones». Los hondartzainas recogieron 940 reclamaciones (el año pasado ascendieron a 1.084) y registraron 104 incidencias frente a las 194 de la pasada de temporada. Los socorristas, por su parte, atendieron a 5.099 personas, 206 menos que en 2019, de las que 98 fueron evacuadas a un centro sanitario.

Unzueta ha puesto de relieve que la nueva realidad que acompañó a las playas durante el verano «no ha sido grata para nadie», pero ha querido hacer una «valoración positiva» tanto del comportamiento de los usuarios como «del trabajo de todas las personas» que se han encargado de velar por la seguridad.

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