El Banco Europeo prestará 200 millones para el subfluvial

Se blinda así el gran proyecto viario que tiene sobre la mesa el Ejecutivo foral para los próximos años. La financiación comunitaria, sin interés, ratifica que el Departamento foral de Infraestructuras podrá ejecutar el cronograma que tiene en mente. Se prevé que el proyecto constructivo quede definido en febrero, una vez se incorporen las alegaciones aceptadas -unas 70-, y que las obras arranquen al final del verano, muy probablemente durante el mes de septiembre. El cálculo es que las labores se alarguen durante cuatro años, hasta finales de 2028 si no se registran problemas.

El subfluvial conectará las rotondas de Artaza y Ballonti. Tendrá una longitud de algo más de 3 kilómetros y se plantea como una alternativa que permita aliviar el tráfico que registra el puente de Rontegi. La Diputación aspira a que unos 50.000 de los 160.000 vehículos que se mueven entre ambas márgenes de la Ría diariamente pasen a hacerlo por el nuevo túnel cuando esté disponible.

El Gobierno foral defiende que el nuevo recorrido, al ser más corto que circular por Rontegi -tres kilómetros frente a doce- permitirá reducir las emisiones contaminantes y la huella de carbono del tráfico vizcaíno. Aunque la propia Declaración de Impacto Ambiental del proyecto advierte de que el túnel bajo la Ría puede generar un «efecto llamada» para el tráfico de vehículos privados, el BEI defiende el carácter 'verde' de la obra. De hecho, recuerda que la sostenibilidad es una de las condiciones que exige para prestar dinero a las instituciones que quieren poner en marcha infraestructuras.

El BEI asegura que ha optado por respaldar el proyecto tras «un exhaustivo análisis» de sus principales magnitudes económicas, sociales, medioambientales y técnicas. Destacó ayer también que el subfluvial, además de una nueva carretera, aportará «el valor añadido» de «integrar una conexión ferroviaria». Se refiere a la lanzadera de metro que unirá Getxo y Sestao aprovechando parte del nuevo trazado. El proyecto no depende de la Diputación sino del Consorcio de Transportes de Bizkaia y se encuentra aún en estudio, pero todo hace indicar que finalmente será incorporado.