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Sergio Llamas
Jueves, 31 de marzo 2022, 13:32
Balmaseda regresará este año a su Pasión Viviente, y lo hará incorporando una nueva cita permanente que explorará los orígenes históricos de esta tradición. La ... villa encartada ha presentado este jueves la vuelta después de dos años de la cita clave de la Semana Santa en el País Vasco, que a partir de ahora también coloreará de rojo el día Domingo de Ramos. Será entonces cuando un grupo de penitentes asciendan al monte Kolitza, con la cruz al hombro, para rememorar la peregrinación que hicieron para rogar auxilio a San Roque durante la pandemia de peste.
Un total de 14 hitos de piedra, de gran tamaño y con pasajes de las estaciones de la Pasión, se instalarán durante la próxima semana para marcar la ruta. El primero estará en el llamado Campo de las Monjas, donde este año se podrá volver a ver el juicio a Pilatos. José Ángel Ramón 'Zarra', el director creativo de la Pasión Viviente que moviliza a más de 350 personajes y a otros 300 voluntarios en la organización, ha anunciado este jueves que también habrá novedades en las escenas, como la del juicio ante Pilatos, «para hacerlas más naturales». «Hemos tenido tiempo más que suficiente estos años para pensar y hacer más cosas, y para engrandecer de alguna manera este evento que realizamos año tras año», ha explicado.
La subida de los penitentes el Domingo de Ramos, el 10 de abril, comenzará a las 8.30 horas desde el Campo de las Monjas. Siguiendo los registros históricos habrá 14 penitentes cargados con una cruz sobre sus hombros, aunque debido a lo complicado de la ascensión «tendrán suplentes para poder irse intercambiando en función de las necesidades», ha avanzado Zarra, quien ha señalado que se movilizará un importante dispositivo con Protección Civil, Policía Local, la DYA, fisioterapeutas y una médico. «Son 11 kilómetros y no tenemos experiencia previa sobre lo que la gente puede aguantar, así que en total puede durar unas seis horas», ha planteado.
Quien tampoco tiene experiencia con la Cruz, pero sí mucha preparación, es Rubén Vadillo. Él encarnará a Jesús en la Pasión Viviente más famosa de Bizkaia tras dos años sin poder afrontar ese destino por culpa del coronavirus. «Ahora ya se siente la emoción», ha reconocido durante la presentación del evento en el Hotel Carlton de Bilbao. El joven, ahora de 35 años, ha remarcado el apoyo de todas las personas que forman parte de la representación y que le han animado a vivir ese momento.
«La mejor recomendación que me han dado estos días ha sido la de que salga todo bien, y que cada uno tenemos que ser como somos, que disfrute el momento. Me voy a quedar con eso», ha apuntado Vadillo que ese día deberá poner en valor los muchos meses de ensayos realizados estos años. «Al final esto no es solo una carga física, sino emocional que se trabaja durante todo un año. A mí me ha tocado esa carga por tres, y considero que esta nueva vuelta a la normalidad va a ser muy especial para todos», ha señalado. Este fin de semana el joven podrá recibir nuevos consejos durante la tradicional comida de 'Jesuses', en la que se reunirá con los protagonistas de las ediciones pasadas.
El peso de la Pasión Viviente en Balmaseda va más allá de la Semana Santa. El alcalde de la villa, Aitor Larrinaga, ha reivindicado que forma parte «del patrimonio inmaterial de Balmaseda, y me atrevería a decir que de Euskadi». Él ha señalado que los ensayos se han mantenido vivos estos años «para mantener el espírituo de la Pasión», y también se han iniciado trabajos de investigación para explorar y documentar mejor los orígenes de esta tradición, cuyas primeras huellas se hunden en la Edad Media.
Este proceso de investigación y documentación cuenta en la actualidad con una persona becada por Novias Salcedo que investiga los archivos existentes sobre la Semana Santa balmasedana, junto al trabajo de otros historiadores. Además se realizarán y grabarán en vídeo entrevistas a los mayores del municipio para tener un testimonio vivo de lo que ha sido la Pasión Viviente durante el siglo XX. «Se trata de conseguir que toda esa Historia viva que tiene el Vía Crucis no se pierda», ha señalado Larrinaga, que en el futuro no descarta que pueda servir para reivindicar ante la UNESCO que la cita forme parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Además de su valor cultural, el encuentro tiene también un peso fundamental en lo turístico. La presidenta de la agencia de turismo comarcal, Enkartur, Ángela Eguía, ha advertido que «la ocupación hotelera está ya casi al 100%», y aunque todavía es pronto, la venta de entradas también está más avanzada que otros años por estas fechas. Eguía ha apuntado que habitualmente un 50% de los visitantes procedía de fuera de Euskadi, incluyendo un 10% de extranjeros procedentes de países como EE.UU., Chile o México. Actualmente, las reservas apuntan a una mayoría de visitantes vizcaínos, aunque se espera un 30% de turistas del Estado y un 6% de internacionales.
En el acto de presentación también han participado la directora de Cultura de la Diputación, Begoña de Ibarra, y la directora foral de Competitividad Territorial y Turismo, que han reivindicado el protagonismo que tienen las asociaciones y personas que posibilitan el evento. «La Pasión Viviente es una expresión cultural anclada en una tradición de la que hay documentación desde el siglo XIX», ha recordado De Ibarra, que ha destacado lo «animados» que están los responsables encargados de recuperar la tradición.
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