Bilbao alcanzó el 8 de octubre del 2018 su sueño de tener una isla. La lengua de tierra que todavía conectaba La Ribera de Deusto con el resto de la ciudad desapareció para siempre. Y el agua halló desde entonces otra vía para subir y ... bajar al compás de la luna: el canal de Deusto. Ahora, el 60% del agua circula por el cajón original y otro 40% por la zanja que comenzó a abrirse de forma artificial en 1950. Y la obra ha cambiado las dinámicas de las corrientes a unos 200 metros aguas arriba y abajo del punto en el que el canal y la ría se abrazaron, permitiendo que una importante cantidad de sedimentos se depositen en la zona de Olabeaga y creando una suerte de arenal que emerge en las bajamares pronunciadas.
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La nueva playa de Bilbao es visible a la altura del Museo Marítimo durante las mareas vivas. «Antes, el agua discurría por el cajón de la ría con más fuerza y velocidad, arrastrando a su paso todos los sedimentos procedentes de la cuenca. Al abrirse el canal, empezó a repartirse por los dos brazos, reduciéndose la velocidad de la corriente y su fuerza de arrastre», explica José Tesán, decano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos del País Vasco. El efecto de la obra en el comportamiento del agua fue inmediato y ha generado más cambios. Por ejemplo, modifica también el lecho de la ría a la altura de Elorrieta, donde el cauce se ensanchaba, se formaba un remolino y se acumulaba un gran volumen de sedimentos que formaban una especie de barrera de arena. Ahora, en cambio, la fuerza del agua que llega del canal de Deusto los arrastra hacia Erandio.
La completa modificación del cauce original de la ría, que empezó a ser encajonada con la creación de muelles desde finales del siglo XVI, hace que sea «muy improbable» que con el tiempo se acabe formando una playa urbana en Olabeaga, asegura Tesán. Una opción sería Elorrieta, pero ello implicaría hacer retroceder el hormigón unos 150 metros para permitir que los sedimentos se fueran acumulando de forma natural en la zona. Sí podría crearse en la Vega de Lamiako si se materializara el plan de naturalización que implica el derribo de la carretera.
Una riada por fuertes lluvias puede terminar de arrastrar la acumulación de sedimentos junto al Museo Marítimo, aunque volvieran a amontonarse. De momento, el arenal solo es visible durante las bajamares que se producen con luna llena o nueva.
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Estos días, además, las aguas se han retirado más de lo habitual por efecto de la 'Superluna' rosa de abril. El plenilunio, que tuvo lugar a las 5.31 horas de este martes coincidió con la fase en la que el satélite se situó en el punto más cercano a la tierra dentro de su órbita, el llamado perigeo, doce horas después. Llegó a estar a 357.615 kilómetros de nuestro planeta, expuso la meteoróloga de Euskalmet Onintze Salazar.
La bajamar más intensa tuvo lugar al filo de la medianoche, cuando alcanzó una altura de 0,53 metros sobre el nivel cero del mar, un índice de referencia que decide cada puerto. Este miércoles, la bajamar también dejará a la vista los secretos de la ría. Su altura será de 0,60 metros a las 12.13 horas y de 0,73 sobre la una del mediodía de mañana.
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