El Ayuntamiento de Bilbao flexibilizará la cita previa en la atención al público, pero renuncia a suprimirla tras la pandemia

El equipo de gobierno ha presentado una enmienda a la propuesta de la formación morada en la que se compromete a incorporar mejoras en el sistema de cita previa a través de la web «y en la gestión directa de la misma, de cara a garantizar una atención más personalizada y sencilla». Y también en ahondar en las acciones que faciliten reducir la brecha digital y evaluarlas de cara a mejorar los servicios y trámites existentes y las necesidades reales de los colectivos vulnerables«. Agirregoitia, sin embargo, ha insistido en que, respecto a la cita previa, «no hay que poner el foco solo en lo negativo al vincularla con la emergencia sanitaria». Según ha explicado, ya antes de marzo de 2020 el Ayuntamiento había iniciado un proceso de digitalización de su atención municipal, «pero el virus obligó a generalizarlo todo en tiempo récord, lo que es verdad que puede haber generado unos desajustes».

El balance general, sin embargo, es que el resultado es positivo. Y la concejal ha acompañado esta valoración con datos. «Hay trámites que se demoran 45 minutos y que antes generaban colas de dos horas y un 15% de la gente que venía sin cita al edificio de San Agustín desistía y se marchaba por superarse ese tiempo», ha subrayado. En la actualidad, sin embargo, el tiempo de espera de un ciudadano «está en cuatro minutos». «Se consigue dar una atención más personalizada y cercana y los propios técnicos gestionan mucho mejor cada trámite ahora».

La portavoz de Elkarrekin Podemos, Ana Viñals, ha criticado que el equipo de gobierno se niegue a comprometerse a una reducción de la obligación de la cita previa. «La digitalización del Ayuntamiento no puede tener efectos negativos para la ciudadanía y, sobre todo, no se puede imponer a quien no tiene recursos para moverse por ella», ha protestado.

El concejal popular Carlos García, por su parte ha insistido en que el mantenimiento de la cita previa está perjudicando sobre todo a las personas mayores. «El otro día vino una vecina que necesitaba solo registrar un documento, pero tuvo que coger una instancia para cita previa, llevarla a casa y rellenarla, volverla a traer y esperar a la fecha que le dieron; para todas estas personas que solo quieren presentar un documento o una instancia, la cita previa se ha convertido en una traba», ha lamentado.