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El concejal de Movilidad, Alfonso Gil, sale del pleno con el representante del sector del taxi, Borja Mussons JORDI ALEMANY
El Ayuntamiento advierte de que en Bilbao no hay sitio para Uber

El Ayuntamiento advierte de que en Bilbao no hay sitio para Uber

Contra la opinión del Gobierno vasco, el concejal de Movilidad considera que esta aplicación no puede convivir con los taxis

LUIS LÓPEZ | XABIER GARMENDIA

Viernes, 28 de septiembre 2018, 00:17

Por más que las administraciones retrasen la solución al conflicto del taxi, éste no desaparece. Al contrario, hay riesgo de que vuelva a estallar. Después de las movilizaciones que protagonizó el sector en julio contra plataformas como Uber y Cabify, llegó la tregua de agosto, y ahora la calma tensa de septiembre. El Gobierno central, previsiblemente, aprobará hoy una regulación en la que pocos confían para resolver definitivamente el asunto.

La llegada de estas grandes plataformas de base tecnológica, que operan con licencias de vehículos de alquiler con conductor (VTC), ha desguazado el sector del taxi en muchas ciudades (en España y en buena parte del mundo). Pero aún no han recalado en Bilbao. Y, según el concejal de Movilidad, el socialista Alfonso Gil, no van a llegar. «Taxi y VTC en Bilbao son incompatibles tal y como se está planteando», advirtió ayer durante el pleno municipal. Se refería a que sí hay sitio para los VTC tradicionales, es decir, los coches con conductor que se alquilan durante un día, o medio. Es más, llevan muchos años conviviendo con los taxis. Pero no hay lugar para quienes utilizan esas licencias con el fin de prestar un servicio similar al del taxi. Es decir, Uber y Cabify.

El pronunciamiento de Gil llegó tras la aprobación por unanimidad de la conocida como 'Ordenanza del taxi', que pretende dotar de más calidad a este servicio y ayudarlo a competir en un entorno cada vez más difícil. La cuestión es que la declaración de intenciones del concejal choca que manera frontal con la postura del Gobierno vasco, cuya consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, ya hizo púbico su convencimiento de que ambos modelos de transporte (taxis y VTC) van a estar obligados a convivir.

Si el asunto es de por si peliagudo, aún lo enrevesa más el hecho de que las competencias estén algo difusas. El Gobierno central, a quien le corresponde la regulación, quiere que las autonomías tomen el control; pero muchas de ellas rechazan la patata caliente sin un paraguas legal. Los taxistas querrían una regulación local, porque es donde más capacidad de presión tienen. Y, de momento, quien da las licencias (atendiendo a los criterios de la regulación estatal) son las diputaciones. Un lío. De cara a arrojar algo de luz, la semana que viene el sector del taxi y el Ayuntamiento de Bilbao se reunirán con la entidad foral para analizar qué se puede hacer en el futuro.

Apoyo a Euskaraldia

El pleno de ayer no dio mucho de sí en cuanto a grandes acuerdos -la mayoría del equipo de gobierno volvió a tumbar buena parte de las iniciativas de la oposición-, aunque sí hubo debates intensos. Uno de ellos lo generó la proposición de Goazen de respaldar la implantación de la facultad de Medicina de la UPV/EHU en detrimento de la impulsada por Deusto. Los partidos de izquierdas entienden que se están primando los intereses de una institución privada sobre la pública, mientras que PNV, PSE y PP consideran que hay sitio para todos.

Además, todos los grupos se sumaron a la declaración institucional por la que el Consistorio se une a la iniciativa en favor del euskera Euskaraldia.

Las invitaciones a eventos no se sortearán

Es solo un ejemplo, pero por sí solo llama la atención. La polémica estaba servida desde que se reveló que el Ayuntamiento de Bilbao, al igual que le sucede con otros eventos culturales y deportivos, recibió este año 1.470 entradas para asistir al BBK Live, unas cifras que EH Bildu, UdalBerri y Goazen consideran «inexplicables» dado que se envían en concepto de representación institucional. Tanto es así que ayer los tres grupo llevaron -y vieron rechazada «sin argumentos»- una propuesta al pleno para implementar un sistema «transparente» que permita sortear esas invitaciones, tal y como viene realizando la Diputación en los últimos años.

En opinión de la portavoz de EH Bildu, Aitziber Ibaibarriaga, tal volumen de invitaciones solo se puede explicar en el caso de que se quiera «alimentar una red clientelar» alrededor de las formaciones políticas representadas en el Consistorio. «En este pleno hay 29 personas. ¿Adónde van a parar las demás entradas? Nos siguen quedando más de 1.400», incidió. Para Carmen Muñoz, de UdalBerri, si esas invitaciones se hacen llegar a las instituciones por aportar dinero público a los eventos, «en consecuencia, deben ser públicas». Por su parte, Samir Lahdou, de Goazen, calificó el sistema como «un privilegio» innecesario dado el «suficiente» sueldo que perciben los concejales.

Las dos formaciones que componen el Gobierno municipal se opusieron al texto, pero quien lo hizo de forma más enérgica fue el PP. Su portavoz, Luis Eguiluz, reivindicó la necesidad de esas invitaciones como forma de «fiscalizar» los eventos en los que el Ayuntamiento aporta dinero público. En este punto coincidió con Ibaibarriaga, pero esta matizó que el argumento no es extensible a la totalidad de las entradas que se reciben.

Entre los tres grupos proponentes, cada uno explicó lo que hace con las invitaciones que les llegan: EH Bildu las regala a medios de comunicación exclusivamente en euskera para que ellos las sorteen; UdalBerri las guarda en una caja para mantenerlas «a salvo de las manos» del equipo de Gobierno; mientras que Goazen es el único que las rechaza.

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