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El programa Emantzipa, una de las medidas estrella para hacer frente al reto demográfico, no está cumpliendo las expectativas. Desde su puesta en marcha el ... pasado febrero y hasta el 5 de noviembre, 7.651 jóvenes han solicitado esta ayuda de 300 euros al mes para hacer frente a los gastos de vivir fuera del hogar familiar. El Gobierno vasco esperaba que, a lo largo de este año, cobraran esta cuantía 15.000 personas de entre 25 y 29 años. Sin embargo, solo se han concedido 4.680 prestaciones, algo más de un tercio de las previsiones.
Fue en diciembre de 2022 cuando el entonces secretario general de Transición Social y Agenda 2030, Jonan Fernández, presentó la estrategia hasta 2030 para favorecer la emancipación, que incluía un apoyo económico que se fue concretando en los meses posteriores y que se materializó en Emantzipa. El objetivo era ambicioso: reducir la edad en la que los jóvenes vascos se van de casa de los 30,2 años (ahora son 29,8) a los 29 en 2025 y los 28 en 2030. Pero, de los 53 millones de euros reservados para este año, solo se han abonado 7,8, mientras que se pagarán al menos otros 2,2 de algo más de un millar de expedientes aprobados pero pendientes de contabilizar.
La gestión de este programa, que obliga a estar ya emancipado para recibir la ayuda, depende ahora de la consejería de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico, en manos de Nerea Melgosa (PNV). En un informe remitido al Parlamento vasco a petición del PP, la titular del departamento precisa que «se realizará» una «evaluación» del plan cuando se cierre la primera convocatoria, que termina el 29 de noviembre. Portavoces del Ejecutivo, en cualquier caso, aseguran que «se siguen recibiendo» solicitudes y que se reforzará «la difusión» de este programa entre los jóvenes. El PP, con los datos en la mano, valoró que ejemplifica el «fracaso» de las políticas de conciliación, familia y emancipación del Gobierno vasco y al «exiguo» resultado del programa Emantzipa unió otros como el Gaztelagun, que también reparte 300 euros mensuales para el pago del alquiler. «El plan no era realmente adecuado a las necesidades de los jóvenes vascos, no han podido recurrir a él y por eso los resultados son tan exiguos», criticó el presidente del PP vasco, Javier de Andrés.
El «desconocimiento» de la existencia de esta ayuda, sostienen fuentes consultadas, puede ser una de las razones que la ha hecho pinchar. Aunque no la única. También aluden a que «igual el problema» está «en la estimación inicial». «¿De dónde salieron esos 15.000?», se preguntan expertos en reto demográfico. Existir, sí existen esos susceptibles beneficiarios. En Euskadi, según el Eustat, residen algo más de 106.000 personas de entre 25 y 29 años. Y, de acuerdo al último informe del Observatorio Vasco de la Juventud, el 30,6% están emancipados, unos 32.553. Son los que podrían acceder al programa de cumplir los requisitos. «Pero a veces las ayudas fallan porque son restrictivas».
En este caso, la mayoría de las condiciones parecen asumibles, pero pueden dejar fuera a determinadas personas. Se debe acreditar ser titular de un contrato de alquiler o de una hipoteca. De hecho, de las 1.083 solicitudes denegadas, un centenar lo fueron por tener un contrato de habitación. La renta también es una de las razones para la exclusión. Los beneficiarios deben contar con unos ingresos de entre 3.000 y 28.000 euros, aunque ahora se quiere ampliar hasta los 30.000. Según el balance remitido por Melgosa, 64 solicitudes han sido rechazadas por no llegar al mínimo y 539 por superar el máximo.
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