Avanza el estudio de viabilidad para recuperar un túnel que conecte Castro y Bilbao en bicicleta

Su recuperación se planteó en varias ocasiones, pero, sin embargo, aún permanece abandonado. Con una longitud de casi dos kilómetros y una anchura que roza los cuatro metros, el túnel es propiedad a medias del Ayuntamiento de Castro Urdiales y también del de Sopuerta. Dos instituciones que pueden hacer posible, con financiación supramunicipal, que el túnel pueda rehabilitarse para conformar una red de conexiones entre ambas comunidades, pudiendo circular en bicicleta o a pie desde Castro hasta las inmediaciones de Bilbao, empalmando los tramos de vías verdes existentes a ambos lados del túnel. Es por esto, que el Ayuntamiento de Castro ha encargado recientemente a la empresa asturiana Sadim, por un importe de 3.500 euros, un estudio de viabilidad para poder dar pasos hacia la apertura de la infraestructura ferroviaria que forma parte de la historia minera de la zona.

En los últimos días, Podemos Castro Urdiales y Elkarrekin Podemos IU, propusieron la recuperación de este túnel para habilitarlo «como vía verde transitable a pie o bicicleta», registrando en las Juntas Generales de Bizkaia, en el Parlamento de Cantabria y en el Ayuntamiento de Castro esta iniciativa que «permitiría ir de Castro a Bilbao en bicicleta en unas tres horas de recorrido a través de 50 kilómetros de vía verde sin desniveles pronunciados y sin coches», tal y como asegura el portavoz castreño de Podemos, Alberto Martínez.

Por su parte, el concejal de Obras y Urbanismo del Ayuntamiento castreño, Alejandro Fernández, explica que desde el Consistorio quieren conocer la envergadura de la intervención en la infraestructura para que los ciudadanos puedan utilizarla con seguridad. «El túnel comunica nuestra vía verde de Castro-Traslaviña con las vías verdes del País Vasco. Desde el Ayuntamiento hemos mantenido conversaciones con esta comunidad y creo que las dos partes tenemos intención de intervenir», relata Fernández, añadiendo que el primer paso es el trabajo técnico, examinar el estado del túnel, unas labores que se han encomendado a Sadim. «Es una empresa especializada que dispone de los medios adecuados para poder hacer un diagnóstico técnico del estado del túnel y, además, una estimación económica de las actuaciones que tienen que hacerse. Sabemos que es una inversión grande, pero nos dará una idea, como hicimos con el Cargadero de Dícido», apunta.

La rehabilitación de esta gruta, de dos kilómetros, ya se estudió en 2008, pero la crisis económica paralizó la redacción del proyecto. Para poder llevar a cabo la rehabilitación del túnel es necesaria la intervención de varias Administraciones, además de los Ayuntamientos implicados, como el Gobierno de Cantabria y el del País Vasco y también la Unión Europea. «Tenemos que conseguir recursos europeos para recuperar el patrimonio que conecta comunidades y que permite disfrutar de la naturaleza. Tenemos que estar preparados para cuando se convoquen ayudas europeas», matiza el edil sobre los pasos a dar.

Y es que, mediante esta construcción minera, los usuarios podrían acceder desde la vía verde de Castro-Traslaviña (cuyo tramo inicial se ha reabierto esta semana), hasta la de los Montes de Hierro, en Bizkaia, una alternativa que ven con buenos ojos desde la asociación Cantabria con Bici. «Estas actuaciones siempre pueden ser muy interesantes, porque nos permitirían la conexión en bicicleta con otras regiones», indica Rafael Casuso, miembro de la junta directiva de este colectivo.

A este propósito de dar continuidad a la vía verde de Castro-Traslaviña hasta Bizkaia le han precedido otros intentos. «En 2008 estábamos en esta misma situación. Se entró, se hizo un informe fotográfico y se valoró el estado de la construcción. Se iba a encargar el proyecto geotécnico y la redacción, pero llegó la crisis económica y se paró todo por parte de ambas Administraciones», recuerda el director de la Escuela Taller, Juantxu Bazán, asegurando que «ahora es cuando se ha vuelto a retomar de una manera seria».

«En la Escuela Taller, desde el año 1991, se apostó por la restauración de todas las vías verdes, aprovechando los trazados de los ferrocarriles mineros, la de Castro-Traslaviña y Castro-Alén, además de poner en valor todos los vestigios mineros en la medida que definen un paisaje cultural que es muy relevante para entender la importancia de la actividad minera en la Cantabria oriental», destaca Bazán respecto a esta construcción, que alberga en su interior elementos mineros y también espeleotemas como macarrones, coladas, cortinas, dientes de sierra o microexcéntricas.