De película. El barrio bilbaíno de La Peña se asemejó el miércoles al escenario de un guion cinematográfico de acción. Pero todo lo que se vivió fue real. Dos atracadores armados con una escopeta recortada irrumpieron en una sucursal de La Caixa de la calle ... Zamakola a las dos y cuarto de la tarde, justo la hora coincidente con el cambio de turno en algunas comisarías. Los asaltantes encañonaron al director de la oficina y a un empleado, a los que maniataron con bridas, y consiguieron hacerse con un importante botín. Según ha podido saber este periódico, alrededor de 125.000 euros, que introdujeron en bolsas de plástico.
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Una vez que se apoderaron del dinero emprendieron la huida. En su precipitada carrera, empujaron a una clienta que realizaba una operación en el cajero de la entidad, antes de dirigirse hacia el parque de La Peña, pero en direcciones distintas. Uno de ellos tenía el pelo canoso y aparentaba unos 50 años. Llevaba una bolsa en la mano, según explicó una vecina que presenció los hechos.
Los primeros patrulleros de la Ertzaintza en llegar al lugar, que salieron de la base a gran velocidad al recibir el aviso, les persiguieron a pie gracias a las indicaciones que les proporcionaron algunos vecinos. Los agentes lograron darles caza y recuperar el cuantioso botín. Testigos vieron cómo a uno de ellos le colocaban las esposas y le introducían en un coche patrulla para ser trasladado a la comisaría central de Deusto. Lo mismo sucedió con el segundo sospechoso, que había orientado su fuga hacia la otra punta del barrio. Uno de ellos llevaba todavía consigo la escopeta con la que perpetraron el robo, así que los policías tuvieron primero que desarmarle.
Amplio despliegue policial
Inicialmente, la intervención policial se abordó como si se tratara de un atraco con rehenes, por lo que, además de unidades de Seguridad Ciudadana, la Ertzaintza movilizó al helicóptero del cuerpo, a los Bizkor, la patrulla de respuesta inmediata (PRI) y hasta la Unidad Canina, además de agentes de investigación e inspecciones oculares para buscar y recoger pruebas. Una ambulancia también se desplazó hasta La Peña, en previsión de que pudiera producirse algún herido.
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Finalmente, los sanitarios no tuvieron que actuar. Tanto el director y el trabajador, al igual que la clienta abordada por los atracadores, se quedaron en la puerta de la sucursal para facilitar datos a los ertzainas. Visiblemente afectados, daban gracias de que «no nos haya pasado nada a los que estábamos dentro, que, al final, es lo más importante».
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