Aspirantes denuncian «trato vejatorio» en el certamen de belleza 'Miss Grand Euskadi'

A 'Miss Grand Euskadi' se presentaron 23 candidatas, aunque a la gala final solo acudieron 21. Para acceder al evento debían rellenar un formulario, pasar una entrevista personal y abonar una tasa de 70 euros, que incluía dos meses de gimnasio, banda y camiseta, formación en pasarela, oratoria.... En ese mismo documento, se especificaba que todas debían vender 15 entradas de 21 euros para la gala del BEC, un dinero que se les exigió, dicen las aspirantes, como condición para tomar parte. Es decir, 315 euros.

Con el preacuerdo firmado, las modelos comenzaron a ensayar en septiembre. Esos primeros preparativos se produjeron en Deusto, donde una profesora les enseñó a desfilar. Allí comenzaron los «gritos» y el «mal» trato hacia ellas, según relata la representante de Sopela, Maialen L., de 19 años. «Algunas compañeras salieron llorando», subraya, en una apreciación que secunda África T., de Arrigorriaga, de 19 años. «Uno de los profesores tenía mal la voz y nos dijo que si tenía que chillar más e ir al médico iba a pasar la factura a nuestra puta madre», declara.

El ambiente no mejoró en los siguientes ensayos. «Uno de los organizadores estaba sentado comiéndose una manzana y se reía mientras desfilábamos», recuerda Haizea A. Esta bilbaína de 18 años añade que este hombre «opinaba sobre nuestro cuerpo». Estos comentarios le hicieron daño. «Me sentía mal sobre la pasarela y me daba vergüenza desfilar.»

Lidia R., de 19, de Zaldibar, desvela lo que pasó durante un ensayo. Según escuchó, «uno de los organizadores miró a una chica mientras desfilaba y dijo que 'debería bajar un poco de peso'». «No se me hizo agradable ese momento. Al llegar a casa me derrumbé y me eché a llorar», confiesa. África admite que se sintió como «un trozo de carne». «Eres un cuerpo y una cara», dice con tristeza. En varias ocasiones se planteó dejar el evento. «Odiaba ir a los ensayos», afirma. De hecho, una vez incluso se fue llorando a casa. «Lo pasé realmente mal. Te piden seguridad y son ellos los que te juzgan», lamenta. Esta aspirante evoca el comentario que recibió una compañera sobre su pelo rizado. «Ese pelo no vale ni para fregar el suelo», le soltaron.

Las chicas subrayan que «han trabajado duro» y se han «esforzado mucho» durante dos meses. Acudieron a San Sebastián en varias ocasiones a las clases de baile. Allí también se produjo un trato «despreciable» y «humillante». Y en esos trayectos comenzaron a «sospechar» que en realidad el concurso estaba enfocado a que lo ganara una chica en concreto. «Había comportamientos extraños para nosotras».

Otra joven, de 22 años, que también participó en 2023, destaca que entonces «el trato fue mejor». «Este año, en cambio, nos trataron como si fuéramos gilipollas». También opina que hubo «amaño» en las votaciones. Opina lo mismo Jana C.. De hecho, no entiende cómo modelos que «se equivocaron y se tropezaron en la pasarela» pasaran el corte. Tampoco lo asimila Haizea, quien afirma que «todo ha sido un engaño».