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leire pérez
Miércoles, 24 de junio 2020, 02:00
La sensación de que el barrio bilbaíno de Basurto se está diseñando a base de ladrillo y sin zonas verdes lleva tiempo merodeando la cabeza de los residentes. En los últimos años se han transformado los antiguos cuarteles de Garellano en modernos rascacielos y ... se ha engrasado la ansiada estación intermodal. A esto se suma que actualmente se está construyendo una residencia de estudiantes y a unos pocos metros, tan solo será necesario cruzar la calzada, está prevista la construcción de la futura Facultad de Medicina y Enfermería de la UPV. «El barrio está sufriendo una importante transformación», reconoce la asociación de vecinos del barrio. Sin embargo, a renglón seguido censura que el nuevo edificio hospitalario previsto dejará la zona «totalmente saturada de cemento».
Su presidenta Begoña G. Vivanco se muestra partidaria de la construcción del inmueble destinado al estudio y formación de los nuevos médicos, pero es contraria a un segundo bloque que se construirá en la parte baja de la manzana, frente a las oficinas de Hacienda de la calle Capuchinos. «Ocupa un gran terreno. Con la aparición de este extenso edificio desaparecerá una buena parte verde precaria de arbolado que puede ser regenerada y que es la única esperanza para los vecinos de tener una zona verde entre tanto cemento», argumenta.
Desde el colectivo recuerdan que siempre han apoyado el «proyecto de Facultad», pero en otro contexto, recuerdan que en el «Plan General de Ordenación Urbana de 1995 no aparecían ni el edificio intermodal ni los rascacielos». Y esto supone que a día de hoy se está edificando más de lo que desean.
Por ello, para los residentes, si se quiere incrementar la oferta del hospital, es necesario buscar otros emplazamientos. Dejar de «masificar» la zona. «Si hay una necesidad de ampliar el hospital que se tenga en cuenta alternativas en otros espacios como puede ser la zona que rodea a las actuales urgencias», afirman. En el Consistorio, sin embargo, no lo ven tan fácil. Portavoces municipales explican que «se necesita disponer de un espacio para su desarrollo futuro y se carece de otro emplazamiento en el que hacerlo, al tener las limitaciones de Patrimonio Cultural en la mayor parte de su extensión actual y de las zonas de protección por la proximidad de acceso a la A-8». Y recuerdan que es una «infraestructura pública que da servicio al conjunto de la ciudad, no sólo al barrio».
Los residentes se muestran de paso a favor de trabajar en un paseo que una Basurto, Zorroza y Olabeaga. Vislumbran que la futura facultad se echará encima de la calle Montevideo, «con poco espacio para la acera», por lo menos, en lo que a los bocetos se refiere. «No hemos tenido tiempo para poder reflexionar, el Ayuntamiento no ha valorado la participación ciudadana en ningún momento, debería tener una relación más estrecha y una información directa con nosotros después de todo lo que se está haciendo en el barrio», critican.
Su reivindicación es simple. «Queremos ganar espacios públicos para pasear, poder transitar por ahí. La sensación que tenemos es de todo cemento», lamenta G. Vivanco.
Portavoces municipales matizan que se procura «atender las demandas y necesidades de todos los agentes implicados». Y recuerdan que la petición de la asociación de vecinos de dotar al barrio de más zonas verdes fue atendida en el «proceso de revisión del PGOU» en la que se delimitan como «zonas verdes los dos solares existentes frente al campo de fútbol de San Mamés en detrimento de la UPV». «Con el incremento de la parcela destinada a la Escuela de Medicina se compensa parte de la edificabilidad perdida en aquellas parcelas», concluyen.
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