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Hace apenas una semana, el Obispado de Bilbao anunció que la Comisión diocesana para la protección de menores y prevención de abusos sexuales había iniciado ... una investigación sobre cinco posibles casos de abusos a menores sucedidos en Bizkaia entre los años 50 y 1990. Ayer tenían sobre la mesa cuatro expedientes nuevos con cierta consistencia después de que varias víctimas dieran el paso de ponerse en contacto con la institución religiosa.
Teo Santos, miembro del comité puesto en marcha de manera expresa para ahondar en las denuncias de abusos, confirma que las agresiones se produjeron «hace cuarenta o cincuenta años» en el Gran Bilbao. Estos días han recibido seis informaciones, aunque dos de ellas «son muy pobres», más relacionadas con «rumores». Pero las otras cuatro tienen «sustancia» y se encuentran en «una primera aproximación». «Son situaciones en las que tenemos que ser serios, prestar apoyo a las personas que denuncian y saber qué tipo de reparación quieren, qué necesitan», explica.
Sin olvidar, puntualiza, «que las personas acusadas tienen también derecho de defensa». En ese sentido, precisa, «la víctima a veces no ha sido abusada por la persona a la que se acusa. Después de tantos años se pueden decir nombres que no son». De hecho, en uno de los casos de los que informaron la semana pasada, «el nombre que se dio en origen muy probablemente no va a ser», pero también «muy probablemente» el «victimario» es otro.
Investigación
Reparto de competencias
Santos considera que otra de esas cinco denuncias en las que trabajan desde el mes de diciembre tampoco prosperará, porque apenas disponen de información. Cuentan con «apenas medio párrafo» recogido por el diario 'El País' en un dossier en el que recopila 251 casos de abusos, entre ellos los cinco vizcaínos. Este medio entregó una copia a finales del pasado año al Papa Francisco, en el Vaticano, y al presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Omella.
De esos casos se conoce que se dieron en el colegio Maristas de Bilbao en 1990; en el sanatorio infantil de Santa Marina, también en la capital vizcaína, en 1971; en el colegio Paúles de Barakaldo en los años 50; en la iglesia de San Juan Bautista de Bedia, entre los años 1964 y 1966; y en la parroquia de Cristo Rey de Bilbao, en 1976. Los vinculados a los centros educativos, sin embargo, «los investigan las órdenes religiosas correspondientes», aunque con el apoyo del Obispado.
La comisión, en la que Teo Santos, ertzaina jubilado, está acompañado por una psicóloga, una pedagoga, una abogada y un sacerdote que es abogado canónico, comenzó a trabajar el 31 de julio de 2019. Hasta tener conocimiento de estos casos, que tuvieron gran «repercusión», ya habían trabajado en otros seis. «No se han hecho públicos porque no querían las víctimas. En algunos los abusadores habían fallecido; en otros, en función de la gravedad, se les ha podido rehabilitar, porque nosotros creemos en la rehabilitación; y también ha habido expulsiones de religiosos», revela.
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