La movilización de los ertzainas convierte en un caos el centro de Bilbao: «Si no son unos, son otros»

Paralizar el tráfico en plena hora punta era, precisamente, el objetivo de la plataforma 'ertzainas en lucha' con esta nueva protesta. La movilización también se ha celebrado de forma simultánea en Vitoria y San Sebastián. El propósito de esta nueva iniciativa, en la que los vehículos han circulado de forma muy lenta, es el mismo que el de la multitudinaria manifestación de agentes del cuerpo de la Policía autonómica que se produjo hace unas semanas en Bilbao: reclamar un convenio laboral «digno» tras doce años sin firmar un acuerdo regulador. Los primeros claxons han retumbado desde las 8.30 horas en las entradas a las capitales vascas, pero para las once, la circulación ha ido recuperando la normalidad.

En el caso de Bilbao, los participantes en la protesta han salido desde el parking del Carrefour en Erandio y el de Zorrozgoiti, en la capital vizcaína. Para diferenciarse del resto de conductores, han decorado sus coches con globos amarillos y han pegado carteles en las ventanillas con el lema 'Sin acuerdo regulador, no hay Tour'.

Precisamente, a quienes se dirigían a la villa como cualquier otra jornada en hora punta, para acudir a trabajar o por cualquier otro motivo, no les ha quedado otra que armarse de paciencia. Según han señalado a este diario algunos afectados, las esperas han llegado a los 20 minutos en el túnel de San Mamés y a casi media hora en la bajada de Zabalburu. «Han pasado 30 minutos y no hemos hecho ni la mitad de Juan de Garay», ha asegurado un afectado.

Según han informado fuentes del Departamento de Seguridad, esta movilización también ha afectado al casco urbano de San Sebastián y de Vitoria, aunque a las nueve y cuarto de la mañana estas dos capitales ya no presentaban problemas importantes. El centro de la capital vizcaína, en cambio, ha estado totalmente congestionado. Hay conductores que han tardado hasta 35 minutos para ir desde la Plaza Circular hasta el Instituto Central. Incluso, algunos se han bajado de los coches con un enfado visible y hay quienes también han insultado a los agentes. «Si no son unos son otros. Yo soy autónomo y me hacen pagar las consecuencias», ha afirmado un ciudadano.

Además, la movilización de los ertzainas ha coincidido con otra manifestación en la Gran Vía -de los trabajadores de Intervención Social de la Diputación-, por lo que la parte baja de Hurtado Amezaga ha tenido que cerrarse al tráfico para que no coincidan ambas protestas. Los coches han tenido que entrar por Bertendona, lo que ha colapsado otras calles como Alameda Urquijo. Hay coches que se están dando la vuelta porque no pueden entrar. Asimismo, la Policía Local ha tenido que regular el tráfico en la Avenida de las Universidades.

Los sindidcatos de la Ertzaintza, a excepción de ELA, han apoyado estas movilizaciones. A través de un escueto comunicado, Erne, Esan, Sipe y Euspel aseguraron este miércoles que se realizan «contra la imposición e inmovilismo del Departamento de Seguridad, ante la negativa de negociación de las condiciones laborales de la Ertzaintza, que llevan más de 10 años caducadas».

Los organizadores estimaban que en la protesta participarían más de 420 vehículos. De momento, no hay cifras oficiales. No es la primera vez que se realiza una caravana de estas características. En el 2015, los sindicatos de la Ertzaintza (Erne, Esan, ELA, Sipe y Euspel) realizaron una movilización similar dirigida a convertir una jornada laboral en un «viernes negro» en Bilbao. En aquella ocasión, cientos de vehículos conducidos por agentes de la Policía vasca llevaron el caos al centro de Bilbao y originaron fuertes retenciones en la A-8, lo que provocó un indisimulado malestar en cientos de ciudadanos que se vieron afectados por las colas. El objetivo de aquella protesta era presionar al Gobierno vasco para que se siente a «negociar» mejoras en las condiciones laborales.

Se da la circunstancia de que la manifestación convocada por la plataforma 'ertzainas en lucha' provocó que los principales sindicatos de la Ertzaintza aparcasen sus diferencias y apostasen por unir sus fuerzas en la negocación de un nuevo acuerdo regulador.