Un dragón mitológico recorrió anoche la ría bilbaína escupiendo fuego por la boca. LUIS ANGEL GÓMEZ | LUIS CALABOR

Bilbao, una ciudad de fuego y magia gracias a la Noche Blanca

Un dragón, una diosa, marionetas, vaqueros y espectaculares montajes de luz y sonido convierten la Villa en la capital de la fantasía durante la primera jornada de esta fiesta cultural

Viernes, 14 de junio 2019

«Ver la ría en llamas es un puntazo. Espectacular». Tomás Villada tenía anoche la magia del fuego impresa en la mirada. «Igual hubiera sido mejor con la marea más alta, pero ha sido una pasada», repetía. La 'pasada' era un dragón. Bueno, ... en realidad, una recreación mecánica que apareció por sorpresa desde debajo del puente de Deusto arrojando unos impresionantes penachos de fuego sobre las aguas del Nervión. Así comenzó, a eso de las 22.30, uno de los actos estelares de la Noche Blanca de Bilbao, que repartió por todos los rincones de la villa espectáculos luminotécnicos, marionetas humanas, un grupo de vaqueros, la diosa Euterpe o un fantástico bosque de sensaciones llamado Arboria, entre decenas de actividades y perfomances que atrajeron a miles de ciudadanos.

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En realidad, el dragón, manejado por dos tripulantes vestidos con trajes ignífugos, había zarpado media hora antes del Museo Marítimo entre la creciente oscuridad de la ría. Llegó casi en el anonimato hasta el puente de Deusto, desde el que desplegó todo su poder ígneo hasta la pasarela del Padre Arrupe. Y lo hizo. Navegó entre columnas de fuego –se habían colocado varias plataformas flotantes equipadas con grandes mecheros– a los acordes de una música etnoelectrónica que hacía vibrar los estómagos de los espectadores que llenaban las orillas.

«Cómo se nota el calor», le decía una niña a su madre. «Parece salido de 'Juego de Tronos'», comentaba otra pequeña, quizá en una comparación un tanto radical. «Nunca había visto algo así», exclamaba Edurne Navas, una joven estudiante que se alegraba de «haber venido porque al principio el 'sirimiri' me había desanimado un poco. Pero luego el tiempo ha perdonado. Deberían usar la ría más a menudo para este tipo de espectáculos porque es un lugar perfecto», razonaba. A su lado lo confirmaban las exclamaciones de admiración de las familias y niños que seguían esta adaptación del espectáculo 'Les feus du dragon' de la compañía francesa Groupe F.

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Galería. Un grupo de jóvenes contemplan el espectáculo de luces de 'Arboria', en la Noche Blanca de Bilbao. LUIS ANGEL GÓMEZ

En realidad, hubo anoche muchos espectáculos en la capital vizcaína. La Noche Blanca conmemora la fundación de la villa y este año, por segunda vez, abarca dos jornadas –ayer y hoy– con un amplio programa de montajes de luz y sonido, instalaciones interactivas, teatro, música, magia y danza. De nuevo, la casa consistorial y el teatro Arriaga se convirtieron en pantallas gigantescas. El primero se convirtió en un lienzo para el ilustrador Paul Caballero, que 'pintó' sobre él en directo una gran ilustración de un bosque animado. En cuanto al teatro, dio soporte al espectáculo de 'mapping' 'Ehundura', del dúo multidisciplinar Desilence, una proyección hipnótica basada «en las texturas de Bilbao; el acero, la piedra, el verde de la naturaleza…», que dejó boquiabierto al público, sobre todo al infantil.

También sorprendió a la audiencia el Gran Arcade creado por Iñaki García, uno de los fundadores de la Antzerki Eskola de Basauri.El juego al que se refiere el título es el mítico Tetris, con la particularidad de que aquí la 'maquinita' con la que se juega es la fachada del edificio Albia. Hipnótico resultó también el montaje 'Frontier' del suizo Encor Studio. Instalado entre las torres Isozaki, se trata de un estanque de agua negra cuya superficie reacciona a la luz y el sonido. Un sonido que, por cierto, reinó en otras partes de la ciudad. El atrio de la torre Iberdrola celebró el cumpleaños de la villa a ritmo de jazz, con la actuación de Joshua Edelman, mientras el museo de Bellas Artes ofreció la coreografía 'Euterpe', a cargo de la compañía Lokke, de la bailarina Olatz de Andrés.

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LUIS ÁNGEL GÓMEZ

Las calles se llenan hoy de luz creativa y danza urbana

Si ayer alguien tuvo dificultades para ver todo lo que quería en el inabarcable programa de la Gau Zuria hoy tiene oportunidad de quedarse a gusto, porque la agenda de la segunda y última jornada de la fiesta se repite con ligeras variantes. Exclusivo de hoy, por ejemplo, es 'Indala', el espectáculo de fusión de danza urbana y contemporánea que se ofrece en el atrio del museo Guggenheim a las 21.30, 22.30, 23.30 y 00.30 horas.

El horario de inicio de la Noche Blanca depende del tipo de actuación que se quiera disfrutar. Así, en el caso de las iluminaciones –como el caleidoscopio de El Arenal, los 'Argizko Izakiak' de Uribitarte, la instalación 'Steps of Faith' del Edificio Ensanche o la 'Rhythmus' de Indautxu, entre otras– comenzarán a las 22.30 y finalizarán a las 2.00. Por primera vez en Gau Zuria se podrán visitar también durante el día dos instalaciones del circuito: Arboria, en el parque Doña Casilda, de 11.00 a 14.00 y de 18.00 a 2.00 horas, y los sofás radiofónicos, en el mismo lugar, de 12.00 a 22.15 horas. En cuanto al dragón de Groupe F, volverá a escupir fuego en la ría a partir de las 22.30 horas.

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