Apuñala a un amigo tres semanas después de ser reducido a tiros en Bilbao

El suceso se produjo durante la tarde del pasado viernes, día grande de la Aste Nagusia, en una lonja de la zona de Iturribide y plaza de Unamuno. Los miembros de una patrulla no uniformada de la Policía Municipal, conocidas internamente como 'Iker', escucharon alboroto a su paso por una calle del Casco Viejo bilbaíno. Al acercarse, comprobaron que se trataba de una discusión fuerte entre dos individuos, por lo que decidieron intervenir para evitar males mayores. Uno de ellos había agredido con un arma blanca al otro, con el que residía en el local donde se produjo el altercado. Al parecer, la víctima había estado presente en el episodio del disparo, por lo que no se descarta que la riña pudiera tener alguna relación.

El herido fue trasladado en ambulancia hasta el hospital de Basurto, donde los médicos y el personal sanitario le practicaron las curas necesarias. Una vez que recibió el alta, el hombre acudió a la comisaría central de la guardia urbana en Miribilla a interponer una denuncia contra su compañero de lonja por agresión, con el parte de lesiones que le habían entregado en el centro médico. El presunto agresor había sido detenido in fraganti. Durante la intervención policial, el detenido amenazó con matar cuando pueda a uno de los policías que le dispararon a principios de mes.

Un vídeo grabado por un vecino de los pisos superiores recogió aquella espeluznante escena, ocurrida en una lonja entre los números 5 y 7 de la calle Ronda, en la madrugada del pasado 2 de agosto, tal como publicó este periódico. Los vecinos dieron la voz de alarma al escuchar los gritos desesperados de auxilio de la mujer. La Policía concluyó que F.P.R. le había propuesto mantener relaciones sexuales y como ella se negó, se abalanzó sobre ella, la tiró al suelo y la forzó. Un hombre que caminaba por la calle se acercó y aporreó la puerta, pero no consiguió que nadie le abriera.

Entonces, sobre las 5.30 horas, llegaron los policías locales. Al asomarse por una rendija de la puerta, los agentes confirmaron que un hombre empuñaba un hacha con la que intimidaba a una mujer. «¡Tira el hacha, tira el hacha!», le repetía uno de los patrulleros a gritos desde la calle, mientras se escuchaba de fondo a la mujer llorando.

Finalmente, los agentes, ante el peligro inminente que corría la víctima, optaron por derribar la puerta de madera con un ariete y acceder al interior a salvarla. La chica salió de inmediato y se aferró asustada a uno de los policías.

Según la versión oficial, el agresor amenazó con el hacha también a los agentes y uno de ellos abrió fuego contra él al ver comprometida su integridad y la de sus compañeros. Le alcanzó en la parte superior de una pierna, lo que le hizo caer al suelo. Los propios municipales le taponaron la herida para contener la hemorragia y fue trasladado al hospital de Cruces bajo custodia.

Tras el disparo, uno de los agentes comunicó por emisora que uno de sus compañeros había abierto fuego y que había una persona herida en una pierna. Tras recuperarse del impacto por arma de fuego, F.P.R. recibió el alta y apenas tres semanas después ha vuelto a mostrar su cara más violenta.

El debate sobre el uso de la táser, o pistola eléctrica, que se está extendiendo entre las policías locales, volvió a primera línea. En Bizkaia, Sestao, Santurtzi y Basauri, además de Barakaldo, Trapagaran y Durango ya cuentan con ella. Los sindicatos policiales se muestran partidarios de esta herramienta no letal intermedia entre la porra y el arma de fuego.