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pello zupiria
Lunes, 12 de agosto 2019, 00:24
Xabier Mendizabal es el ganadero más joven del valle de Carranza. Natural de Deusto, visitaba el caserío de sus abuelos en la localidad encartada casi todos los fines de semana durante su niñez y adolescencia, hasta que se mudó para relevar a su abuelo en ... el duro trabajo del campo, a los diesciete. Ahora, a sus veinticinco, tiene a su cargo unas setenta vacas, de las cuales cuarenta son nodrizas: aquellas que están destinadas a la cría de terneros para la producción de carne. Hay dos modelos en el negocio de la ganadería vacuna de venta de carne: una, que es a la que se dedica Xabier, consiste en la venta de las crías de unos tres o seis meses; y la otra es la de cebada. Es decir, engordar los animales y venderlos a las carnicerías una vez que pesen alrededor de los 800 kilos. El problema es, según los miembros de este sector, que los dos modelos están en peligro.
La preocupación de los ganaderos reside en el nuevo acuerdo entre EE UU y la Unión Europea respecto a la carne de vacuno. Según el tratado comercial firmado entre ambos continentes el pasado 2 de agosto, el país americano incrementará sustancialmente el acceso de su carne en los mercados europeos. Los sindicatos no han tardado en reaccionar, y EHNE Bizkaia califica este acuerdo como un «jaque impresionante» a la producción local, porque provocará una bajada de precios que afectará directamente al pequeño y mediano productor.
El tratado se firmó dos semanas más tarde del Acuerdo de la UE con MercoSur, el mercado común de América del Sur, por lo que la preocupación es doble. Los exportadores estadounidenses se han asegurado un total de 45.000 toneladas al año, mientras que la concesión para los países latinoamericanos es de 99.000 toneladas. «El precio de la carne bajará sustancialmente con el acuerdo. No van a saber que hacer con los animales, dado que incluso ahora las ganancias de los productores pequeños y medianos son muy justas», alerta Gloria Deheso, miembro de EHNE Bizkaia.
Mendizabal ve cada vez más negro el futuro de su negocio. «El precio del ternero es de unos 600 euros, y es un valor que se ha mantenido desde hace 15 años, mientras que el del pienso, por ejemplo, se ha incrementado. Ahora está mal, pero se va a poner mucho peor. De por sí aquí hay mucha carne y, si se trae más de fuera, va a estar jodido. Hay que dar salida a los de aquí», relata el joven ganadero.
Otro aspecto que preocupa a los profesionales y sindicatos es la calidad de la carne que va a ser importada. «En EE UU inyectan hormonas a los animales, como el Clembuterol, que están penalizadas en la Unión Europea», explica Mendizabal. Asegura que sus vacas tienen que pasar varios controles de sanidad. Al ser Eusko Label tienen que hacer diversas analíticas, comer un pienso especial y pasar controles sanitarios cada dos meses. Duda de que a las importadas se les obligue a lo mismo.
«La ONU insta a bajar el consumo de carne porque contamina. Y, entonces, ¿por qué vamos a importar la que viene de fuera, que contamina más?», se pregunta Aitor Casillas, de 44 años, que se ha dedicado toda su vida a criar vacas de cebada Eusko Label, también en Carranza. De familia ganadera, es propietario de una carnicería en Portugalete. Su hermano se encarga de sacar adelante ese negocio, mientras que él es el responsable de cebar y criar las noventa vacas que posee.
Según el, se han juntado muchas cosas que han empeorado esta actividad y confiesa que, «si esto sigue así, pocos vamos a quedar». «Al acuerdo con MercoSur le siguió el de EE UU, y ha coincidido con que ahora en España hay poca salida a la carne autóctona. Antes venían barcos para llevarla a Túnez, Libia... pero ahora los cebaderos están llenos y no se venden», lamenta.
El acuerdo establecido entre la Unión Europea y los Estados Unidos se tiene que aprobar todavía en el Parlamento europeo, pero sindicatos y ganaderos opinan que pasará el trámite sin ningún problema. «La solución- explica Casillas- no está en manos de los políticos. Si queremos sobrevivir hay que apostar por el producto local. Es de vital importancia». Ganaderos y sindicatos coinciden en la importancia de la venta directa que garantizan los productores pequeños y medianos, y piden a los consumidores que se vuelquen, porque sino, «nadie sabe que va a pasar».
99.000 toneladas de carne van a importar los países latinoamericanos tras el acuerdo con MercoSur
600 euros es el precio de un ternero; se ha mantenido así durante 15 años frente al aumento del coste de los piensos.
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