«Que se haga justicia es ya lo único que nos queda», dicen los familiares de las víctimas del atropello de Suesa

Al día siguiente están llamados a declarar los testigos, entre ellos el viudo de Erika y su hijo pequeño, que ya tiene 14 años. Ambos se encontraban en el bungaló que ocupaban en el camping de Suesa. Cuando escucharon el ruido del impacto del coche salieron y se encontraron a sus seres queridos muertos sobre el asfalto o agonizantes, en el caso de la mujer, un trauma que les perseguirá el resto de sus vidas. «El niño no habla del tema y mi cuñado tiene sus momentos. Intenta estar bien por su hijo y se refugia en el trabajo. Estas vacaciones hemos estado juntos para que el crío tenga recuerdos nuevos», explica su tía, Jessica, que hace todo lo posible por acompañar al pequeño en el duelo. La última vista oral se dedicará a las periciales forenses y las conclusiones de las partes.

La Fiscalía solicita para el acusado seis años de prisión y la acusación particular, que representa a los familiares de Erika y Ethan, elevan la petición hasta los nueve años al aplicar un agravante por tratarse de un caso con múltiples víctimas.

Además de los tres fallecidos, el conductor provocó heridas a una mujer con cuyo coche colisionó tras el triple atropello, y mató también al perro de la familia vizcaína. Jessica espera que se le imponga «la pena máxima, que es mínima porque se ha llevado por delante tres vidas. Los delitos de tráfico están muy pocos penados». La cercanía del juicio «nos remueve todo. Vuelven la angustia y los nervios por cómo será, cómo reaccionaremos... muchas preguntas», se duele Jessica, que espera que cuando termine le suponga «cerrar un capítulo».

Jaime Acebes circulaba a 79 kilómetros por hora al volante de un todoterreno 'Ssangyong Rodius' en un tramo limitado a 50 en la carretera de Ribamontán. Antes del atropello estuvo a punto de chocar con varios turismos, que le tuvieron que esquivar. Al acercarse al camping perdió el control del vehículo, se salió de la calzada y arrolló a los peatones, que acaban de salir a dar un paseo. Los tres murieron prácticamente en el acto.

En la prueba de alcoholemia arrojó una tasa positiva de 0,73 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, contrastada después con una analítica de sangre en el hospital. Inicialmente quedó en libertad provisional, pero la Audiencia provincial le envió a prisión tras un recurso de la familia de Erika y Ethan.