La construcción de la Línea 5 del metro se inició a finales del año pasado, con el vallado y preparación de los terrenos por donde se moverán las máquinas. Los trabajos se ejecutan en tres tramos: Sarratu-Aperribai, Bengoetxe-Galdakao y Galdakao-hospital. El objetivo ... es avanzar por varios frentes para conseguir rematar la obra civil en cuatro años. El nuevo trazado unirá Etxebarri con el centro médico de Usansolo y tendrá 6,6 kilómetros. Además, contempla la edificación de una estación intermodal en Sarratu.
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Construir desde cero una línea de metro es una tarea compleja que siempre lleva aparejados problemas inesperados. Se vio, por ejemplo, en la Línea 3, cuya inauguración se demoró bastante más de lo previsto por diversos incidentes, siendo el más importante la aparición de una falla de terreno blando en el subsuelo en Txurdinaga.
Partiendo de esta base, que no es sencillo horadar un túnel en un entorno urbano, con multitud de edificios alrededor, el arranque de los trabajos de la futura Línea 5 está siendo relativamente accidentado. Todavía no se ha empezado a perforar la galería en ninguno de los tres tajos, aunque en el primero y en el tercero se está cerca de comenzar con esta tarea. En ambos casos se está preparando ya el emboquille que atacarán las tuneladoras.
Aún así, en estos dos tramos han surgido algunos contratiempos. Por ejemplo, entre Sarratu y Aperribai, además de tener que construirse un paso elevado para salvar varias vías de comunicación (la cimentación de esta pasarela ya está lista), ha aparecido fibrocemento (compuesto que contiene amianto) en un edificio que entra dentro del perímetro de la obra. Retirar este material potencialmente peligroso siempre resulta lento y delicado.
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En el tercer tramo, por su parte, se avanza con cierto ritmo, aunque desde Euskal Trenbide Sarea (ETS), la sociedad pública que gestiona la construcción, se reconoce que la obra podría ir más rápido «si no fuera por «las insistentes protestas» que están llevando a cabo los vecinos de Usansolo.
Existe un movimiento popular que se opone al trazado de la Línea 5 porque, en el futuro, obligaría a desvíar la vía de Euskotren que viene de Durangaldea para hacerla coincidir con el nuevo ramal del suburbano en el hospital. Los residentes estarían entorpeciendo el paso de camiones a la obra. Los vehículos tienen difícil buscar rutas alternativas porque hay un colegio en el entorno. Y, aunque ahora no hay clase, si se celebran colonias escolares. El segundo tramo, por su parte, es el que más verde está ahora mismo, ya que «ha habido que hacer una labor muy importante para planificar la obra y encajar todos los servicios, con la menor afección posible».
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