Arrastra Joseba Segura (Bilbao, 63) una mezcla de sensaciones estos días. Por un lado, la emoción de vivir por primera vez como obispo de Bilbao la celebración de la Asunción de la Virgen, uno de los días más destacados para la Iglesia vizcaína y marcado ... siempre en rojo en el calendario bilbaíno. Pero, por otro, el dolor por el repentino fallecimiento del párroco de Rekalde y exrector del Seminario de Derio Fernando Elorrieta. «Ha sido un golpe duro. Le conocí cuando entré en el seminario y tenía un corazón evangelizador grande. Es difícil sustituir a un cura bueno», confiesa. Segura recibe a EL CORREO en la Basílica de Begoña, que ya se prepara para la celebración de este domingo.
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- Celebra su primer día de la Asunción de la Virgen como obispo titular. ¿Qué significa para usted, que es bilbaíno, presidir la misa mayor en Begoña este día?
- La afronto con una alegría grande. Es una celebración importante para la gente de Bizkaia, con mucha tradición y que, de alguna forma, ha agrupado generación tras generación a muchísimas personas aquí en la basílica. Y a mí este año me toca compartirla de una forma diferente a la de otras veces .
- Por segundo año consecutivo este día se celebra en circunstancias excepcionales por la pandemia. El año pasado usaron un método de reserva de cita para asistir, pero este no.
- Exacto. Confiamos en que no va a haber mucho agrupamiento de personas en la puerta y en la explanada. No creemos que pueda haber una concentración que pueda ser peligrosa para la salud pública. De hecho, es lo que ha estado funcionando como norma y criterio a lo largo de todo el año en todas las celebraciones. Algunas son más populares, otras menos.
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- Pero la de este domingo es especial.
- Es cierto que ésta sí que puede tener algo más de riesgo, pero creo que tenemos un sistema, con la colaboración de personas voluntarias, que nos va a permitir el evitar que haya concentraciones.
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- El año pasado la experiencia fue buena.
- Sí. Fue buena. Y eso que estábamos en una situación más difícil que ahora. Había más miedo, también más riesgo y la gente tendió a quedarse en casa. Quizá este domingo pueda haber más personas que quieran venir, pero yo creo que todavía mucha gente es consciente de las limitaciones y de la precariedad en las que estamos. Y por eso hay posibilidades de que puedan no entrar.
aforo
- ¿Cuánto será el aforo del templo?
- Estará reducido al 35% del total. Entrarán 255 personas. Así que el riesgo de que se queden fuera es mayor.
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- Así que la recomendación del Obispado es seguir la celebración desde casa.
- Sí, quien esté en duda o no esté muy convencido de que vaya a tener sitio, puede optar por quedarse en casa, puede seguirla a través de varios medios.
- El año pasado, a pesar de la situación, hubo grupos que vinieron andando desde diferentes puntos de Bizkaia.
- Para mucha gente es un gesto importante caminar hacia Begoña y hacerlo en comunidad, compartiendo horas de caminata con otras personas. Es un gesto bonito que también tiene un sentido religioso. El año pasado no vino mucha gente así, pero sí hubo algunas personas, pero no grupos grandes.
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«una sorpresa»
- Lo que no va a haber es fiesta en la explanada, ni puestos de venta ni nada similar.
- No, no toca fiesta, y ya veremos si en 2022 podemos hacerla. Habrá que esperar. La experiencia nos dice que las cosas que nos parece que están controladas se vuelven a complicar, así que ya veremos cómo va el año.
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- En todo caso ¿apela a la prudencia?
- Sin duda. Yo creo que lo prioritario y lo que la Virgen, la Amatxu de Begoña quiere es que nos cuidemos, cuidemos a la gente y evitemos poner a nadie en riesgo por esta situación. La fiesta de la Asunción tiene un valor religioso muy importante. Pero lo que tiene que estar por delante es el bienestar de las personas. Eso es lo que la Virgen María querría.
- El 11 de mayo se hizo público su nombramiento como obispo de Bilbao. Tomó posesión el 3 de julio. ¿Cómo lo lleva?
- ¿Que cómo lo llevo? Ha sido una especie de progresión. Primero vine de Latinoamérica, y eso fue un cambio muy grande. Vine a Otxarkoaga. Luego me hicieron vicario general, luego obispo auxiliar y luego esto. Parece que estaba todo pensado, pero no.
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- Usted era el favorito para coger el testigo de Mario Iceta.
- Pues para mí fue una sorpresa porque no es normal que a un sacerdote de la diócesis le nombren obispo titular. Auxiliar sí, pero titular no. Ha sido una cosa un poco excepcional. Pero bueno, yo conozco a la gente y creo que la gente me conoce a mí, y en ese sentido ya tenemos algo ganado. Creo que las ventajas son mayores que los inconvenientes de ser obispo donde has sido compañero y has sido cura. Se puede hacer bien.
- ¿Y de momento qué valoración hace?
- Estoy convencido de que el obispo no va a ser reconocido en un sitio como autoridad sencillamente porque tenga un papel, sino porque tenga, diríamos, esa autoridad que le concede su liderazgo. Está el ministerio episcopal que te han concedido, pero lo otro es importante, que la gente te reconozca como alguien que puede acompañar a la Iglesia y hacerlo con algunas garantías.
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