El aluvión de inscripciones en las haurreskolak gratuitas deja sin plaza a 400 familias vizcaínas

La zona más tensionada, de nuevo, es el centro de la capital de Bizkaia, especialmente el barrio de Indautxu, donde apenas se ubican dos guarderías con unas cincuenta plazas para bebés de un año entre ambas; de ellas, sólo la mitad están disponibles, ya que el otro 50% están ocupadas por niños que ya estaban matriculados este curso. Estas dos escuela infantiles (Indautxu y Sánchez Marcos) han recibido 288 solicitudes. El patrón se repite en Basurto (26 plazas y 123 solicitudes), Cervantes (26 y 105), Deusto (26 y 80), San Inazio (26 y 88)... Es cierto que hay familias que se matriculan en varios centros, pero las cifras dan una idea de la saturación de la red.

Otras zonas de gran densidad de población, como la Margen Izquierda, Erandio, Getxo, Galdakao o Derio también tienen un problema similar. Y esto es también una novedad en sí misma. El año pasado apenas hubo lista de espera en las guarderías de fuera de Bilbao. Ahora, según se puede comprobar en la página web del consorcio, son varios municipios los que han dejado a familias fuera del servicio. Según los datos recopilados por este periódico, hay unas doscientas en esta situación a lo largo del territorio, sin contar la capital.

Las cifras no son definitivas. El pasado 22 de abril se abrió el plazo de inscripciones para el curso que arrancará oficialmente el 5 de septiembre. El 10 de mayo se cerró el plazo y este lunes se publicaron las listas provisionales de los niños inscritos en las 214 haurreskolas que hay repartidas entre Bizkaia (100), Gipuzkoa (88) y Álava (26). Habrá que esperar al 1 de julio para conocer las adjudicaciones definitivas. Los números pueden variar, entre otras cosas, porque hay 161 familias sólo en Bizkaia que no presentaron la documentación en regla.

La problemática se da en el aula de un año. Una de las condiciones que el Gobierno vasco impone a las familias para poder acceder al servicio gratuito es que ambos progenitores hayan terminado el permiso de paternidad y maternidad o que, como mucho, reste un mes del mismo, entre los dos. Por ello, apenas hay criaturas que sólo tengan meses de vida apuntadas en las guarderías.

En cambio, cuando los padres terminan el permiso y se reincorporan al mercado laboral, muchos buscan un centro educativo en el que dejar a sus bebés. Y es entonces cuando llegan las dificultades para encontrar plaza en la red pública. Hay determinadas zonas en las que los puestos no son suficientes. En términos absolutos, la red del consorcio sí es capaz de absorber toda la demanda. Hay algo más de 8.700 plazas y este curso se han matriculado unos 6.400 niños. El problema, como se ha señalado, es el enorme desfase entre la oferta y la demanda en determinadas zonas.

Desde el sindicato Steilas, la responsable del Consorcio de Haurreskolak, Sonia Pérez Arce, censura que «el Gobierno vasco implantó el año pasado la gratuidad, pero un año y medio después no ha aumentado las plazas de forma proporcional a la demanda». En ese sentido, señala que el departamento «ha mantenido las condiciones en la matriculación; por ejemplo, haber agotado el permiso de paternidad y maternidad o la apertura de algunas haurreskolak en determinado horarios condicionados con el número de alumnos de cada centro».

La consejería que lidera -en funciones- Jokin Bildarratz es consciente de la situación, al igual que los ayuntamientos de las localidades más tensionadas. En el último pleno municipal de Bilbao, la concejala de Educación, Eider Bilbao, anunció la creación de 169 plazas nuevas, con una inversión de cinco millones de euros, tres de ellos provenientes de los fondos europeos.

Se trata de una partida a la que, en un inicio, Euskadi renunció. El Ministerio de Educación repartió a las comunidades autónomas 331 millones de euros entre 2021 y 2024 de los fondos Next Generation. Era un dinero con un fin concreto: crear plazas públicas gratuitas del primer ciclo de Infantil (o a 3 años).

El País Vasco rechazó la partida que le correspondía (15 millones) al entender que las plazas en Euskadi eran suficientes (por aquel entonces la red pública no era gratuita y no estaba tan solicitada) y pidió destinar el dinero a otros aspectos. El ministerio se negó. Tras un rifirrafe entre el consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, y la ministra de Educación, Pilar Alegría, finalmente el Gobierno vasco cedió y aceptó crear nuevas plazas con los fondos europeos. Por lo pronto, este mismo año está prevista la apertura de una nueva haurreskola en Loiu y la ampliación de la de San Ignacio.

En cualquier caso, el aumento de matrículas en la red pública tiene su reflejo en la privada. Hasta el curso pasado, la escolarización se distribuía más o menos de forma equitativa entre ambas. Sin embargo, desde que las escuelas infantiles públicas son gratuitas -y se financia el aula de dos años de los centros concertados-, las privadas sufren un continuo vaciamiento y algunos han tenido que bajar la persiana.